"Muchos libros de inglés dan más problemas que soluciones"
Jim Lawley es profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y autor de una veintena de manuales de inglés. La editorial Richmond (línea de idiomas de Santillana) acaba de editar su último trabajo, Different, un material didáctico para la educación secundaria obligatoria (ESO) que incluye un libro de texto, otro de ejercicios, un diccionario aplicado y un CD-ROM para ayudar a los alumnos a hacer sus deberes en casa. Lawley cree que existe un "descontento generalizado entre profesores, alumnos y padres por la forma en que se enseña inglés en la ESO", y atribuye gran parte de la culpa de ese malestar a la falta de calidad de los libros de texto que se utilizan.Pregunta. ¿En qué fallan los libros de texto de inglés?
Respuesta. En que muchos dan más problemas que soluciones. No son claros para los alumnos, no están adaptados a su realidad, y esto les impide aprender por su cuenta y les obliga a depender del profesor para todo. Los libros piden a los alumnos cosas que no pueden o que no quieren hacer, porque están pensados para enseñar a seis o siete adultos en una academia de élite, no para un aula de chicos. Los problemas son tan complicados que los profesores dedican más tiempo a explicar qué hay que hacer que a enseñar cómo debe hacerse, y algunos alumnos terminan sus ejercicios antes de que otros sepan qué tienen que hacer.
P. ¿Por qué dice que los libros no están adaptados a la realidad de los alumnos?
R. Es más rentable editar un mismo libro para muchos países que adaptar un manual a la realidad de cada país, pero cuando se hace el esfuerzo de adaptar el libro, el resultado es mucho más atractivo y próximo para el alumno. Ocurre lo mismo con los diccionarios: un diccionario de inglés-inglés se vende en todo el mundo, mientras que una edición bilingüe, que es la que de verdad ayuda al alumno, aunque en los últimos años se haya dicho lo contrario, es menos rentable.
P. ¿Los diccionarios ayudan a aprender o impiden esforzarse?
R. El diccionario es el mejor amigo de un alumno de idiomas. Los alumnos están acostumbrados a usar al profesor como si fuera un diccionario con piernas y deben aprender cuanto antes a sentirse cómodos con un diccionario adaptado a su nivel. La ventaja del diccionario es que el alumno puede seguir aprendiendo con él en su casa.
P. ¿Qué pueden hacer los libros para evitar la diferencia de nivel entre alumnos de la misma clase?
R. Es un problema gravísimo. Muchos ejercicios están hechos para evaluar en vez de para enseñar, como los ejercicios tipo test. Hay que hacer un esfuerzo para que los ejercicios enseñen cosas a los alumnos con menos nivel. Un buen ejercicio es el que permite a los mejores alumnos lucir su nivel, y al resto, demostrar que saben lo básico.
P. ¿Para qué sirve el CD-ROM que acompaña a su nuevo libro escolar?
R. El profesor es insustituible, pero con un buen material multimedia el alumno puede seguir aprendiendo por su cuenta; por ejemplo, detectando y corrigiendo cuáles son sus errores más frecuentes.
P. ¿Es cierto que se están recuperando para enseñar inglés métodos algo pasados de moda, como los dictados?
R. Sí, las últimas investigaciones destacan la utilidad de los ejercicios básicos: dictados, traducciones inversas, memorización. Los profesores con experiencia siempre han intuido que son métodos buenos, aunque hace 10 años no estaban bien vistos.
P. ¿Es partidario de que en las clases de inglés sólo se hable en inglés?
R. No. Si el profesor dedica un minuto a explicar a los alumnos en su lengua materna qué quiere que hagan, los 10 minutos siguientes son mucho más provechosos. Antes, la clase era la única oportunidad para el alumno de escuchar y hablar inglés, pero ya no es así. Ahora, los chicos tienen muchas oportunidades de practicar su inglés gracias a Internet, el cine, la música, los periódicos, los viajes. La misión del profesor es equipar bien a sus alumnos y animarles a practicar fuera lo que aprenden en el aula.
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