Un proceso resuelto muy rápidamente
El anterior Gobierno pisó a fondo el acelerador y logró que España se convirtiera en el segundo país de Europa en conceder licencias para la explotación de la tecnología de móviles UMTS. Las bases del concurso obligan a las cuatro operadoras con licencia (Telefónica Móviles, Airtel, Amena y Xfera) a empezar a dar servicio (el UMTS permitirá acceder transmitir imágenes, datos, voz e Internet) el 1 de agosto de 2001. Si se cumple el calendario fijado, España será el primer país del mundo en utilizar la tecnología móvil de tercera generación, aunque en Japón ya se están haciendo pruebas con otro estándar.
Esa exigencia va a obligar a los proveedores de equipos a acelerar sus trabajos de I+D, elevar las inversiones y amortizar cuanto antes el desarrollo del WAP, una tecnología intermedia entre el actual GSM y el futuro UMTS. Las operadoras ya en activo tendrán también que acelerar sus planes para amortizar las inversiones realizadas en redes GSM.
La celeridad con la que se llevó a cabo el proceso hurtó a los españoles el debate sobre si el proceso más conveniente para la adjudicación era el concurso basado en criterios técnicos y financieros o la subasta de licencias y la concesión al mejor postor. El Gobierno optó por el concurso e ingresará 86.000 millones de pesetas por liberar espectro radioeléctrico más un porcentaje de los beneficios de las operadoras. Semanas después, el Reino Unido obtuvo en subasta unos siete billones por cinco licencias y en Francia se esperan 3,75 billones mediante el procedimiento de concurso con aplicación de tasas.
El recurso de Uni2 al concurso introduce nuevos factores de inquietud sobre la premura con que se resolvió el concurso en España, pero cuando se clarifique el proceso iniciado es posible que el UMTS se esté ya utilizando y el sector plantee nuevas soluciones tecnológicas, según fuentes jurídicas.
