La Comunidad afirma que la apertura del campamento nómada es inminente
El director general de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, Tomás Vera, aseguró ayer que la apertura del primer campamento para nómadas de la región es "inminente". Pero se negó a indicar el día exacto. Los primeros inquilinos de esa nueva zona de acampada para inmigrantes de paso serán los 300 rumanos que viven en infraviviendas en el poblado de Malmea, cerca de la carretera de Burgos.
El campamento para nómadas está ubicado en Vallecas Villa, en la Cañada Real, muy próximo al basural de Valdemingómez. El destino de este complejo es albergar a inmigrantes que se hallan de paso por la región. Se podrán quedar un máximo de tres meses en este asentamiento, que tendrá letrinas, aulas de enseñanza y múltiples cocinas. La Cruz Roja y Comisión Católica van a levantar una tienda de campaña para cada una de las 72 familias rumanas que serán trasladadas desde el poblado de Malmea al nuevo asentamiento. "Se les entrega una nueva tienda como parte de la operación de limpieza", declaró ayer Vera.El Ayuntamiento, la Comunidad y la Delegación del Gobierno mantienen en secreto el día en el que se realizará el gigantesco traslado de los 300 rumanos. "Se realizará a finales de esta semana o en los primeros días de la próxima", aseguró Vera. Las administraciones prefieren que no se sepa el día para que se haga con "tranquilidad", según un portavoz de Servicios Sociales.
Y es que la mudanza de todo un poblado se prevé laboriosa. Los enseres de los rumanos pesan unas 25 toneladas, unos 350 kilos por cada familia. La mayoría de los inmigrantes carece de vehículo propio. Por ello, la Administración va a fletar unos camiones para el traslado de muebles, colchones, cocinas, bombonas de butano y demás enseres. Los rumanos viajarán hasta el campamento nómada en autobuses, que también aportará la Administración.
Los inmigrantes rumanos afirmaron ayer desconocer por completo la fecha de la mudanza. "No ha venido nadie a decirnos algo, pero espero que nos avisen con un poco de tiempo para poder recoger nuestras cosas", afirmó ayer Mihail Constantin, de 44 años, casado, con dos hijos, uno de once y otro de cinco, que lleva en Malmea un año y medio. La mayoría de los rumanos parece contento por el traslado: "Vamos a estar mejor porque nos van a dar duchas, servicios, cocina y guardería", aseguró.
El origen del poblado de Malmea, próximo a la carretera de Burgos (N-I), se remonta al mes de septiembre de 1999.
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