Tres concursantes pugnan en la versión alemana por ganar el próximo viernes

Los últimos protagonistas de la versión alemana de Gran Hermano quedarán en libertad el próximo viernes después de haber convivido en una casa durante 100 días. El domingo pasado, 7,03 millones de espectadores vieron este programa, el de mayor éxito en la historia de la RTL-2. La cuota de mercado alcanzó un 23,6%, un 50% más que en el estreno, cifra que las cadenas alemanas sólo podían soñar. Pocos días antes de la gran final, RTL-2 decidió emitir el espectáculo a diario durante tres horas. Anteriormente, mostraba en 45 minutos fragmentos de la vida cotidiana de los jóvenes concursantes.

El domingo, la cifra de espectadores llegó al 61,4% de cuota de pantalla cuando los espectadores eliminaron a la rubia Sabrina, que al principio prometía convertirse en la favorita, con sus risas y su atractivo y también por intimar con Juergen. Parecía que iba a ser la persona indicada para provocar conflictos, pero a medida que afuera circulaban rumores sobre sus deudas y otros detalles de su pasado y que empezaba a portarse como una buena chica, los espectadores perdieron el interés por ella.

Los que esperan ganar este viernes el premio de 250.000 marcos (unos 20 millones de pesetas) son los más apacibles, los que no se pelean: John, el hombre sensible a quien le gusta cocinar; el simpaticón Juergen, que no para de hacer chistes, y Verena, que siempre dice lo correcto. Con la marcha de Sabrina desapareció un elemento clave de Big Brother. Los problemas de convivencia disminuyeron según se reducía el número de habitantes.

Endemol, la productora holandesa del formato, anunció que habrá otro Big Brother en septiembre. Mientras, RTL-2 emitirá Expedición Robinson y la cadena Sat-1 ofrecerá un programa similar, Desafío insular.