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Entrevista:JOAQUÍN LEGUINAESCRITOR

"El proceso contra Pinochet va a significar la reconciliación nacional"

Joaquín Leguina (Villaescusa,Cantabria, 1941) ha recurrido a su propia memoria para reconstruir en la novela El corazón del tiempo (Alfaguara) el trasfondo de la España de los años 60 y el Chile del golpe de Augusto Pinochet. La juventud del protagonista es la que vivió Leguina, pero asegura que no la ha recreado por añoranza de los tiempos pasados, sino por la nostalgia del "regreso al pasado". Diputado en el Congreso, ex secretario general de la Federación Socialista Madrileña y durante 12 años presidente de la Comunidad de Madrid, no descarta llevar a la literatura otras experiencias cuando el paso del tiempo marque la distancia conveniente.Pregunta. Ahora que la Justicia acaba de levantar la inmunidad a Pinochet parece un buen momento para hablar de una novela que, en parte, narra el golpe militar en Chile

Respuesta. Siempre es bueno que haya buenas noticias, y yo creo que la de ayer [por el lunes] lo es. Muy buena, porque si el proceso contra Pinochet sigue adelante va a significar la reconciliación nacional de los chilenos. Este proceso, ya abierto y en primera instancia solventado, deja a Pinochet en su sitio histórico, que es el sitio de la masacre y el asesinato.

P. ¿Las más de 100 querellas contra él pendientes en Chile van a suponer el cierre definitivo de cuentas de la dictadura?

R. Espero que sí. Si el proceso se abre y llega a sentarse en el banquillo, desde luego que sí. Si no llega, será también el principio del fin del pinochetismo.

P. ¿Puede imaginarse al general Pinochet sentado en el banquillo en Chile?

R. Sí. Torres más altas han caído. Esa imagen sería muy positiva no sólo para Chile, sino para toda la Humanidad.

P. En El corazón del viento la trama política y la trama sentimental que vive el protagonista van muy paralelas. ¿Entiende que la militancia política es otra forma de pasión?

R. Sin duda lo es. Lo que pasa es que en esta novela, en su primera parte, que ocurre en los años 60 en España, me parece que la política influía de una manera muy determinada en la vida de las gentes. Tanto influía que no podías ni darte un beso en la calle, ni leer el libro que querías, ni ver la película que querías. La dictadura condicionaba la vida de una forma absoluta. Quitarle ese trasfondo hubiera sido hurtar parte de la realidad, pero el lector, y la lectora, sobre todo, tiene que entender que es una novela de aprendizaje sentimental.

P. ¿Una obra de iniciación?

R. Sí, de sentimientos. Es una novela juvenil, que habla de una determinada juventud, que ya no es joven, la de mi generación. La juventud es la etapa de la vida del aprendizaje. En ese sentido, espero que el lector y la lectora reciban las emociones que se sienten cuando se está aprendiendo.

P. Cita con precisión las fechas de una serie de hechos que supusieron hitos para esa generación: el concierto de los Beatles en Madrid, la muerte del Che, Mayo del 68,...

R. Sí, porque a mí me gusta que la novela ocurra en algún sitio.

P. ¿Y las geografías imaginarias?

R. Bueno, si son las geografías imaginarias concretas, como en el caso de Benet o Faulkner, me gustan. Pero puestos a escribir sobre algo, creo que es interesante el trasfondo.

P. ¿No será por una nostalgia generacional?

R. Sí, hay una nostalgia, pero no añoranza. Nostalgia significa, según los términos griegos, el dolor del regreso; la añoranza tiene un toque más edulcorado. El regreso en este caso es el regreso al pasado; es una novela nostálgica. No edulcora nada, recompone la vida que entonces se vivía, que no era un jardín de rosas.

P. La novela habla de la España franquista y del Chile de Pinochet, dos realidades de su propia vida.

R. Sí, ese contexto, efectivamente, es mío y lo chileno, especialmente. Los personajes son míos, porque me los he inventado yo, pero son de ficción. No soy yo; no es autobiográfica, no he escrito unas memorias. No es estadísticamente representativo de la juventud de aquellos años, pero sí lo es de la juventud antifranquista de los años sesenta.

P. ¿Ha pensado en llevar a la literatura otras experiencias propias, como lo vivido en Chile, pero más cercanas en el tiempo?

R. La experiencia chilena fue traumática para todos los que vivieron allí, chilenos y no chilenos. Es la visión de aquello visto desde la óptica de un español que se implica en aquello. Es posible que escriba de otros pasajes, pero más adelante. Hay que tomar distancia temporal. Se escribe muy mal sobre lo inmediato.

P. ¿Por qué habla de lectoras y lectores?

R. Lo digo por las estadísticas, no por ser políticamente correcto. Es bastante injusto que se hable del lector cuando se debería decir la lectora. No exagero nada si le digo que el 80% de las personas que en la Feria del Libro venían a que les firmase el libro eran mujeres. Entre las personas que veo leer en el metro en Madrid, se da la misma proporción. Merece un respeto, ¿no?

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