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Trillo anuncia una ley para reformar el Cesid y confirma que el nuevo director será un civil

Miguel González

El ministro de Defensa, Federico Trillo, confirmó ayer en el Congreso que los servicios de información dejarán de estar dirigidos por un militar. Será el comienzo de una amplia reforma del Cesid, que, según anunció, comprenderá una nueva ley para su control parlamentario y judicial, un posible cambio de ubicación -de Defensa a Presidencia del Gobierno- y que el Ejecutivo nombre a un civil cuando releve al general Javier Calderón, al que el Gobierno ha recriminado por excluir al PNV de un seminario del centro en una universidad de verano y por declarar que tenía menos sentido de Estado que otros partidos.

Trillo anunció ayer su propósito de abrir conversaciones con la oposición para consensuar la reestructuración del Cesid, que según reconoció, pretende que deje de ser "motivo de polémica". Otra reforma vendrá del Gobierno, que, según anunció el ministro, elegirá a un civil para suceder al actual director del centro de inteligencia, Javier Calderón. Calderón recibió ayer una reprimenda de Trillo, que sin embargo calificó su trayectoria de "impecable". Primero, dejó claro que el Gobierno le había "advertido" tras su decisión de dejar al PNV fuera de un seminario sobre los servicios secretos organizado por el Cesid porque tienen "menos sentido de Estado" que otras formaciones; después, ante los periodistas, afirmó que "sería mejor" que el general no hubiera hecho esas declaraciones, "ni ninguna otra". La nueva ley sobre los servicios de inteligencia tendrá tres objetivos principales: regular las competencias y responsabilidades de sus miembros; su sometimiento al control del Gobierno, del Parlamento y del Poder Judicial; y configurar su "definitiva ubicación orgánica": es decir, si los servicios de inteligencia se mantienen en el Ministerio de Defensa o pasan a depender de Presidencia del Gobierno.

El portavoz del PSOE, Jordi Marsal, recogió el guante lanzado por el ministro, que ofreció repetidamente su "voluntad de diálogo" en todos los asuntos, y se mostró dispuesto a acordar la reforma del Cesid. Advirtió, eso sí, de que la negociación debe hacerse "en serio" y no abrir un debate si no hay garantía de éxito. En la pasada legislatura, el antecesor de Trillo, Eduardo Serra, realizó dos rondas de conversaciones con los grupos parlamentarios sobre la estructuración del Cesid, pero tuvo que aparcarlas por no existir una coyuntura política favorable, según se dijo entonces.

Trillo inició su primera comparecencia en la Comisión de Defensa reconociendo que el servicio secreto ha realizado en los últimos años "un gran esfuerzo" de adaptación a la legalidad. No ofreció muchas pistas a este respecto, remitiéndose a los vigentes mecanismos de control parlamentario, en la práctica inoperantes, y a la búsqueda de una "fórmula idónea" de control judicial. Pero sí reaccionó a las palabras de Felipe Alcaraz, portavoz de IU, que dijo que el Cesid tiene actualmente un "comportamiento antidemocrático".

El ministro agregó que la reestructuración debe acompañarse de una revisión de las capacidades de información del Estado; aludió expresamente a las divisiones de inteligencia de los tres ejércitos y del Estado Mayor de la Defensa (Emad), cuya actuación se limitará, puntualizó, al ámbito exclusivamente militar.

La potenciación de la acción conjunta de las Fuerzas Armadas fue uno de los ejes de lo que calificó como "programa reformista" de Defensa en esta legislatura. La plasmación más visible de este propósito es el encargo de un estudio para reunir en una única sede, denominada coloquialmente el pentágono español, los actuales cuarteles generales de los tres ejércitos, así como el Estado Mayor de Defensa y el órgano central del ministerio. Además, y este proyecto es de mayor calado, las estructuras territoriales de los ejércitos y del ministerio -regiones militares y aéreas, comandancias marítimas y delegaciones de defensa- se unificarán en una sola para evitar redundacias, y por economía de medios. Este plan fue diseñado por Serra y muy discutido con los cuarteles generales, especialmente el de Tierra, donde suscitaba más recelo.

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Menos mili

Asimismo el ministro aseguró ayer que el servicio militar obligatorio desaparecerá definitivamente en el primer semestre del próximo año: un "adelanto sustancial", dijo, sobre las previsiones gubernamentales de terminar con la mili a finales de 2001. Trillo ofreció también las cifras de soldados que se han apuntado hasta ahora al Ejército profesional, que entrará en vigor a finales del próximo año. A fecha de 1 de mayo hay ya 72.103 soldados profesionales: 47.193 en el Ejército de Tierra,14.177 en la Armada y 10.743 en Aire.

La fuerza total prevista para finales del 2001 es de 102.500 efectivos -menos de los 110.500 del último objetivo de fuerza conjunto-. El ministro restó importancia a esta diferencia, señalando que se subsanará en un "periodo corto", aunque en la última convocatoria de plazas para ingresar en las fuerzas profesionales, puesta en marcha a finales de marzo, sólo han sido preseleccionadas 5.568 personas. La oferta era el doble: 11.010 plazas. El PP también quiso restar importancia a la escasez de voluntarios, y alabó los "buenos resultados", a su juicio, de la captación de fuerzas.

CiU mostró su satisfacción por el reciente acuerdo logrado para la celebración del próximo Día de las Fuerzas Armadas -que prevé actos civiles y una jornada de puertas abiertas en los cuarteles- tras el polémico desfile celebrado en Barcelona el 27 de mayo. Sobre esta parada militar dijo Trillo que le satisfacía "el apoyo ejemplar y entusiasta de los barceloneses", al acto al que asistieron 20.000 personas mientras otras 30.000 participaban en un acto pacifista paralelo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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