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Gil exonera a los otros 11 acusados en el juicio del 'caso Atlético'

El alcalde de Marbella, Jesús Gil y Gil, exoneró ayer a los otros 11 acusados en el juicio del caso Atlético y amparó en su particular "modelo de gestión" las múltiples irregularidades en la contratación del patrocinio de la ciudad con diversos clubes deportivos. Gil atribuye la falta de control contable y de rigor en los expedientes a la necesidad de agilizar la administración municipal.Al negar cualquier culpa de sus compañeros de banquillo, aludió a su antiguo amigo y abogado durante 20 años, José Luis Sierra, con el que ha protagonizado varios enfrentamientos en los últimos 16 meses: "Sierra no hizo los contratos de patrocinio del Atlético con el Ayuntamiento de Marbella". Negó también que Sierra fuera el "jefe de los servicios jurídicos del Ayuntamiento", como pretendía establecer el fiscal. En su declaración de hoy, el exprimer teniente de alcalde, Pedro Román, tendrá ocasión de desdecirse de sus palabras durante la instrucción. El fiscal Carlos Castresana recordó ayer que Román había dicho que "Sierra era Dios".

Sierra tiene puestas nueve querellas criminales contra Gil y el alcalde dos quejas ante el Colegio de Abogados contra su antiguo letrado. Esta enemistad era el principal temor de las defensas, porque podría enturbiar una estrategia coordinada, pero todo hace pensar que hay un pacto. Sierra ya anunció ayer al tribunal su disposición a renunciar a unos 40 testigos, que eran los de su pelea particular con Gil.

El propio abogado, en un momento de la vista, también mostró su mejor voluntad hacia su viejo cliente. Cuando el fiscal Castresana exigía a Gil pruebas de que había hecho un contrato con la empresa de promociones deportivas Dorna, en otoño de 1992, para que el nombre de Marbella figurara en las camisetas del Joventut de Badalona en la temporada 1992-93, Sierra le sopló a Gil la frase oportuna: "Contrato verbal".

Otras irregularidades

El fiscal puso en la sesión de ayer en evidencia otras irregularidades en los contratos de patrocinio con clubes deportivos. Por ejemplo, que acordó "sin expediente, sin contrato y sin reconocimiento de deuda" con Dorna pagarle 200 millones de pesetas por hacer publicidad en las camisetas del Joventut desde diciembre de 1992 hasta final de la temporada. "Qué interés tenía yo en llevarlo a pleno, si tenía una mayoría absoluta de 19 concejales de 25", contestó Gil. El fiscal sostiene que con este contrato Gil estaba devolviendo a Dorna el favor de haberle prestado el 30 de junio de 1992, durante dos días, los 1.300 millones que necesitaba para comprar el 63% del Atlético de Madrid cuando se transformó en sociedad anónima.

A preguntas de su defensor, Horacio Oliva, Gil dijo que el Atlético le debía "1.980 millones registrados en el momento de convertirse en sociedad anónima, que en realidad eran más de tres mil". Gil se negó a contestar al abogado de la acusación popular, que ejerce en nombre del PSOE.

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