Casa Patas estrena un conservatorio flamenco sin ánimo de lucro
El Conservatorio Flamenco Casa Patas, presentado esta semana, es una nueva oferta para la enseñanza de todas las artes del flamenco que se ha conformado en régimen de fundación, es decir, sin ánimo de lucro. Tendrá, en consecuencia, un tratamiento fiscal generoso, pero, a cambio, sus patronos renuncian al beneficio. Si lo hubiera, éste revertirá a los fines culturales para los que se crea la entidad.Los patronos son miembros de una familia, Guerrero y Gómez, la misma que gestiona con éxito, desde hace 12 años o más, la taberna y sala de espectáculos flamencos Casa Patas, en la calle de Cañizares. "¿Por qué se hacen estas cosas?" "Seguramente", responde Enrique Guerrero, "porque llega un momento en que uno cree que debe hacerlas. Nosotros, en definitiva, queremos devolver al flamenco parte de lo que el flamenco nos ha dado".
En las dos plantas superiores del mismo inmueble de Casa Patas, que esta familia compró cuando estaba casi en ruinas, tiene su sede el Conservatorio Flamenco. Una superficie próxima a los 1.000 metros cuadrados cuya restauración ha costado más de 200 millones de pesetas.
Las instalaciones constan de una sala de usos múltiples para conferencias y cursos, tres aulas para clases teóricas, dos para enseñanza de guitarra, una sala de baile para clases magistrales, biblioteca, fonoteca y videoteca, además de lugares de distensión y encuentro, como el Café Cantante. En definitiva, el Conservatorio se define como una plataforma para la enseñanza y desarrollo de todo tipo de actividades relacionadas con el flamenco, llenando así un vacío que se hacía sentir en Madrid.
Nunca el flamenco, en su vertiente didáctica y cultural, tuvo a su disposición una infraestructura tan completa y medios económicos tan elevados. Su funcionamiento se dirige exclusivamente a estos fines, y será por completo independiente del establecimiento Casa Patas. En principio se ha fijado un presupuesto anual de 36 millones de pesetas, para el cual se espera conseguir ayudas institucionales, pero el objetivo es autofinanciarse en un par de años. Se busca también la homologación oficial de sus diplomas.
La fecha de puesta en marcha, en vísperas del verano, obedece a que estos meses servirán de rodaje con actividades iniciales. Y en el otoño, todos a trabajar en serio en este proyecto que merece un firme voto de confianza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.