Los soportales de Doñana
A un tiro de piedra de los atascos de tráfico de Sevilla, capaces de encrespar los espíritus más calmados, se encuentra un bucle de pinares ideales para desenredar cualquier turbulencia. A caballo entre los términos municipales de Aznalcázar y La Puebla del Río, se halla un conjunto de montes públicos (Dehesa de Abajo y Los Montes, Ordenado El Colmenar y Ordenados de los Pinares de Aznalcázar) que ofrece varias alternativas para una escapada corta. Ilustrativa del ecosistema de la denominada comarca de Doñana, la zona enclavada entre las tres formaciones permite seleccionar entre un paseo entre bosques de coníferas (pinos piñoneros), de frondosas como los acebuches y también de matorral mediterráneo. Hasta el área también han llegado otras especies de crecimiento rápido y extensión imparable como los eucaliptos.De optar por el recorrido más ambicioso para disfrutar de la sucesión paisajística, la localidad de La Puebla del Río puede servir de punto de partida. En dirección a la isla se encuentra la venta del cruce, a unos seis kilómetros, y vastas extensiones inundadas de arrozales. Antes de la venta aparece un desvío hacia la derecha, que ofrece la primera parada justificada: la Cañada de los Pájaros. Esta finca, dedicada a la cría y recuperación de aves acuáticas y que puede visitarse, ofrece, sobre todo, bellos espectáculos al atardecer, cuando llega la hora de la comida y centenares de aves se juntan a la orilla de una de las lagunas de la cañada. Especialmente llamativo es ver el ceremonial de los flamencos a la hora de engullir el pescado, capaces de devorar como ogros medievales y de destruir durante sus comilonas esa imagen de elegancia que poseen mientras adoptan una pose contemplativa en cualquier humedal. En la venta del Cruce se gira hacia la derecha, en dirección Aznalcázar, y a unos dos kilómetros arrancan los caminos que se adentran en los Pinares de La Puebla del Río y Aznalcázar.
Todos los senderos y vías (hay varios) discurren por esta zona umbrosa. Según el ánimo, el tiempo y la energía se puede optar por seguir la vía pecuaria de la Cañada Real de los Isleños (8.800 metros) o por realizar una breve incursión. Para los reacios a las caminatas y amantes de las sombras será interesante saber que existe una gran zona recreativa, con barbacoas, mesas, columpios y otros equipamientos infantiles. Y también papeleras, aunque no muchas.
La cañada real, utilizada antiguamente para el tránsito de ganado, se ha conservado íntegramente de forma peculiar, gracias a la tradicional utilización que han hecho las distintas hermandades rocieras como uno de los caminos de llegada a la aldea del Rocío. El paraje es, pues, ideal para los paseos a caballo, en bicicleta o a pie.
Para los amantes de la soledad se desaconsejan las visitas durante los fines de semana. Sin llegar al colapso urbano, la zona recreativa se pone de bote en bote. Y aunque los pinares de más de 30 metros (hay varios) sean los mismos, la estampa idílica que se asocia al silencio se suele esfumar sábados y domingos.
Bajo los pinares, fruto de repoblaciones dirigidas a mejorar las condiciones del suelo e incrementar el aprovechamiento forestal, ganadero y cinegético, conviven variadas especies animales, como mochuelos, búhos y una numerosa colonia de de milanos (reales y negros), que se juntan al atardecer para dormir en la zona.
Bien fácil es observar algunas especies mientras sobrevuelan los pinos a cualquier hora. Otra de las rutas posibles corta la zona de Oeste a Este en su vertiente septentrional y permite seguir la estela de otra vía pecuaria (Cordel de los Playeros), cerca de la casa forestal Dehesa Nueva y de la escuela de seguridad. Recomendable un último punto antes del regreso: la visita a la reserva natural concertada de la Dehesa de Abajo, un enclave de gran valor faunístico que ocupa 618 hectáreas, frecuentadas por alcotanes, águilas culebreras, ratoneros y algunos ejemplares jóvenes de águila imperial, dada su cercanía al Parque Nacional de Doñana.
Para estómagos cazadores
Dónde. Ubicado en la comarca del Aljarafe sevillano. El punto de partida, La Puebla del Río, está situado a unos 20 kilómetros al Sur de Sevilla. Una vez en los Pinares existen varios caminos que pueden confundir. Todos conducen a la carretera de Aznalcázar con Puebla, o bien a la de Aznalcázar con Bollullos de la Mitación.Cuándo. La mejor época para disfrutar de escenas masivas de aves acuáticas en algunos humedales (Cañada de los Pájaros o Dehesa de Abajo) es el otoño. Pero una excursión, ahora que el calor ahoga, hasta esta zona puede ser refrescante en estos meses. La gran masa forestal permite olvidar por unas horas las temperaturas de asfixia.
Alrededores. Puede visitarse Aznalcázar, un pueblo pequeño, con casas del siglo XVIII. Tiene una hermosa fuente pública y una iglesia mudéjar (siglos XIV y XV), la de San Pablo. Recomendable hacer un alto gastronómico en el restaurante Arco de la Colina, en una pequeña aldea de Puebla del Río, especializado en carnes de caza (jabalí, venado, perdiz, pato y faisán).
Y qué más. Se puede obtener mapas de orientación en los Ayuntamientos de Puebla del Río y Aznalcázar (955 75 00 06). La reserva natural concertada de la Dehesa de Abajo, que pertenece al Ayuntamiento de Puebla (955 77 23 82) tiene un itinerario botánico señalizado y miradores. Se pueden concertar visitas de grupo en la Cañada de los Pájaros (955 77 72 18).
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