Los sindicatos argentinos desafían en la calle el ajuste del Gobierno

El líder gremial del sector más combativo de la Confederación General de Trabajadores (CGT) y secretario general del sindicato de camioneros, Hugo Moyano, convocó ayer una huelga general para el próximo 9 de junio y llamó a los argentinos a la "desobediencia fiscal". Ante una multitud -100.000 personas, según los sindicatos, y unas 40.000, según fuentes independientes- reunida en la plaza de Mayo para repudiar la presencia en el país de los auditores enviados por el Fondo Monetario Internacional, todos los dirigentes sindicales coincidieron en "dar una dura respuesta al duro ajuste" anunciado por el Gobierno el pasado lunes como la segunda etapa de su Programa de Reformas Económicas y que incluye, entre otras medidas de ahorro en el presupuesto estatal, la rebaja de entre un 12% y un 15% en los salarios de 144.000 empleados públicos, además del cierre y la fusión de organismos oficiales y el despido de 10.000 trabajadores contratados.La magnitud de la reacción política contraria al plan desbordó incluso las previsiones más pesimistas de los funcionarios del Gobierno. La mayoría de ellos contaba sólo con la oposición de los dirigentes sindicales, particularmente afectados por el decreto. Pero la airada protesta alcanza a la propia Alianza de partidos en el poder. Once diputados, uno de la Unión Cívica Radical y diez del Frente Para un País Solidario (Frepaso), las dos fuerzas mayoritarias de la Alianza, participaron en la marcha de ayer, a la que también se adhirieron la Comisión de Pastoral Social de la Iglesia, que integra a los obispos argentinos; las organizaciones de derechos humanos, y los partidos políticos.

El diputado socialista Alfredo Bravo, miembro de la Alianza, dijo que la rebaja de salarios y el despido de empleados públicos "es, en rigor, una ruptura del pacto político y social que la Alianza hizo con sus votantes y está fuera de los acuerdos y consensos que en su momento establecieron los partidos que concurrieron a formarla".

Voluntad política

En una conferencia telefónica que mantuvo con representantes de los grupos de inversión, antes de su viaje el domingo a Nueva York para explicar personalmente las medidas, el propio ministro de Economía del Gobierno argentino, José Luis Machinea, destacó la firme voluntad política del Gobierno: "No recuerdo otro lugar donde se haya realizado un recorte salarial de esta magnitud en todo el mundo. Lo que quiero enfatizar es que el Gobierno argentino está comprometido con el equilibro fiscal y la convertibilidad". El Gobierno ha contado con el favor de los mercados y el apoyo de las centrales y empresarios.

A su vez, los 12 gobernadores peronistas rechazaron el nuevo pacto fiscal entre la nación y las provincias que propone el Gobierno, y la creación de un fondo federal de asistencia social para atender a las demandas más urgentes. A cambio, decidieron "superar las críticas con propuestas". El plan ofrecido por los gobernadores y legisladores peronistas, y que el presidente De la Rúa prometió "considerar" cuando regrese de la visita oficial a EEUU que inicia el próximo 13 de junio, recomienda, entre otras, una rebaja de impuestos y la persecución judicial de los "grandes evasores" fiscales.