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Entrevista:GONZALO ROJAS | POETA

"La poesía exige mucha relectura"

Acudió a Granada, a sus 83 años, para leer sus poemas en la casa donde Lorca escribió algunas de sus mejores obras, en la Huerta de San Vicente, en plena Vega. Gonzalo Rojas (Chile, 1917) es uno de los grandes creadores hispanoamericanos.Pregunta. ¿Qué supone leer sus poemas donde vivió Lorca?

Respuesta. Para mí es un respiro muy hondo, muy hondo, porque, sin pretender halagar, tengo que decir que el siglo XX ha sido un siglo lorquiano, como lo seguirá siendo el siglo XXI. García Lorca es un animal poético necesario, imprescindible. No estoy en absoluto de acuerdo de lo que Borges dijo de él, que ejercía de andaluz profesional.

P. ¿Qué le contó Neruda de su amigo Lorca?

R. Lorca y Neruda tenían una relación muy fuerte, una comunicación muy honda y muy profunda. Lorca decía que Neruda estaba tan cerca de la sangre como de la tinta, que era un clásico, un hijo del lenguaje, un heredero de los grandes maestros. Yo creo que lo comparaba con Quevedo, que es un poeta que atraviesa de largo a largo a los poetas. Y Neruda lo sintió, lo vivió, como un personaje central, mayor. El reconocimiento entre ambos en fundamental, como se demostró en 1934 en Buenos Aires, cuando homenajearon a Rubén Darío con un discurso al alimón. Hoy la gente se ríe de darío, dicen que es sonoro y silvestre. Pero yo lo considero uno de los grandes de todos los tiempos.

P. ¿Nunca se ha sentido tentado de hacer canciones?

R. No. Soy un lector de mis propios versos. Mi poesía es hija de la oralidad. Creo en la palabra escrita, lentamente leída. En mi forma de escribir ya hay, en cierto modo, una música interior. Supongo que es porque en mí prevalece la vertiente fonética sobre la semántica. En el fondo lo que hago es silabear el mundo. Y creo que la poesía que hago nunca debe ser leída una sola vez, como decía Lorca. La poesía exige no lectura, sino mucha relectura, porque es ya en sí música, es ritmo.

P. ¿Le gusta la fama?

R. No creo en la velocidad de la fama, en la trampa del éxito, en la publicidad vergonzosa. Hoy todo es un juego de trampas, y no me interesa.

P. ¿Qué le atrae?

R. Lo enigmático. Me gusta la poesía del "no sé". Me atrae lo oscuro. Uno de mis libros, precisamente, se llama Oscuro. El otro lado que me atrae es el de eros, el de aspecto violento y descarado. Es curioso, pero los mejores poetas del eros han sido los místicos. Es impresionante ese verso que dice: "Ay cuerpo, quien fuera eternamente cuerpo". Yo, la mayoría de las veces, no escribo desde el suelo, sino desde el enigma, desde el dolor, desde la oscuridad.

P. Tuvo que exiliarse.

R. Representaba un peligro para el orden y la seguridad interna, según se decía entonces. Tuve que exiliarme a Estados Unidos y a Venezuela. Pero, Pinochet se acabó, se terminó ese pobre tonto. Afortunadamente para Chile, ya representa una situación pasada que todos queremos olvidar y no se repetirá.

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