Chaves aclara que la propuesta de pacificación de Benegas es sólo una iniciativa "a título personal"
Manuel Chaves, presidente de la Comisión Política que dirige el PSOE hasta el congreso de julio, reafirmó ayer el liderazgo de Nicolás Redondo Terreros, secretario general de los socialistas vascos, como la única voz oficial de ese partido en los temas relacionados con el terrorismo y con Euskadi. Chaves aclaró que otras posiciones, y en particular el plan de paz propuesto por el presidente del PSE, José María Benegas, deben ser consideradas "a título personal". Varios dirigentes del PSOE señalaron ayer que las ideas de Benegas pueden ser "complementarias" a medio plazo.
Chaves puntualizó ayer, en declaraciones a Radio Nacional, que su partido debería hacer un esfuerzo, a nivel nacional y en particular sobre los problemas de Euskadi, para mostrar una sola voz y evitar así que el electorado tenga una sensación de "confusión o ambigüedad". Error que, a su juicio, pagó caro el PSOE en las pasadas elecciones.El máximo dirigente del PSOE, tras confirmar que Redondo Terreros es la única voz oficial del partido en Euskadi y que las opiniones de Benegas son personales, recordó que la propuesta de paz del secretario general del PSE pasa por recuperar la unidad de todos los demócratas vascos, incluidos PNV y PP. Redondo Terreros, miembro de la Comisión Política que dirige en este momento el PSOE, expondrá hoy un informe sobre esta situación en ese órgano de dirección.
El plan de Benegas, desarrollado en un libro todavía no presentado, empieza por demandar la recuperación de una posición común de todos los demócratas en Euskadi, como defiende Nicolás Redondo. Benegas especula en el libro con una posible salida al conflicto vasco, tras el cese definitivo de la violencia, que podría incluir el reagrupamiento de presos y hasta una reinserción con salidas vigiladas.
Lecturas precipitadas
Relevantes dirigentes del PSOE precisaron ayer que tanto algunos responsables socialistas como del Gobierno habían entendido mal, y sobre todo precipitadamente, las tesis de Benegas.
Alfredo Pérez Rubalcaba, interlocutor junto con Redondo en las conversaciones con el Gobierno sobre el País Vasco, reclamó de los gobernantes populares menos preocupación por las interpretaciones periodísticas del plan Benegas, más afán por entender el fondo de sus planteamientos a medio plazo y también una sola línea de colaboración con su partido si de verdad se busca un pacto de Estado antiterrorista: la de Jaime Mayor Oreja y Javier Zarzalejos. Rubalcaba añadió que las críticas "apresuradas" de Mariano Rajoy y de Javier Arenas demandando menos variedad de planteamientos del PSOE no ayudan a esa necesaria cooperación.
Varios dirigentes del PSOE subrayaron ayer que las ideas de Benegas para conseguir la paz no son en el fondo contradictorias con la propuesta de Redondo Terreros sino "complementarias" a medio plazo.
Esa fue la tesis de Pérez Rubalcaba, y también la del líder de Nueva Vía, José Luis Rodríguez Zapatero, posible aspirante a la secretaría general del PSOE, que consideró la aportación de Benegas como algo "razonable a medio plazo". En Santiago de Compostela, Rodríguez Zapatero acusó al Gobierno de "falta de iniciativa" y le reclamó más diálogo con todos los partidos.
El líder del PSE en Álava, el senador Javier Rojo, también consideró como "positivo e interesante" el plan de Benegas, aunque matizó que no lo suscribía en su totalidad, fundamentalmente porque entiende que le falta claridad sobre el marco y las reglas de juego para ponerlo en marcha. A Rojo le parece que no está claro cuál sería el papel que correspondería a HB en ese nuevo foro de diálogo.
Rojo, sucesor de Fernando Buesa, asesinado por ETA, cuestionó la insistencia "machacona" del PP en forzar el adelanto de las elecciones vascas como si esa medida, o incluso un hipotético pacto poselectoral entre populares y socialistas, pudiesen solucionar el problema. Rojo reiteró que el PSE debería rechazar cualquier pacto con el PNV si no abandona el Pacto de Lizarra y no respeta la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Posturas que reafirmará en una enmienda a la ponencia marco del próximo congreso del PSOE.
Benegas, que terminó su libro Una propuesta de paz antes de los asesinatos de Buesa y del columnista José Luis López de Lacalle, aclaró ayer "a toro pasado" que el ex presidente Adolfo Suárez debería haber aprovechado la aprobación en su día del Estatuto vasco para que el PNV se comprometiese de un modo "público y solemne" con la unidad de España y con la Constitución.
Los socialistas han presentado cinco planes de paz desde 1998
Los socialistas, a través del propio PSOE, del PSE o de dirigentes de este último a título particular, como en el caso de José María Benegas, han elaborado desde octubre de 1998 cinco documentos o decálogos públicos sobre la pacificación en Euskadi. Aunque el tono y el espíritu han variado en función de quién haya empuñado la pluma -Jesús Eguiguren, Nicolás Redondo Terreros, Josep Borrell...-, los socialistas siempre han defendido, incluso durante los 14 meses de alto el fuego de ETA, dos aspectos básicos que se repiten tanto en la propuesta de Benegas como en la proposición presentada por su grupo parlamentario en favor de una nueva mesa de diálogo: la aceptación de las reglas del juego democrático y la renuncia expresa a la utilización de la violencia como instrumento para conseguir objetivos políticos.
A partir de ahí, tanto el planteamiento del grupo socialista en la Cámara vasca como el de su presidente, Benegas, en su libro Una propuesta de paz ponen el énfasis en el marco en el que debe situarse la discusión política, los actores de ese foro y la falta de límites al temario que cada partido democrático pretenda llevar al mismo.
De alguna manera, ambos dan por superado el Pacto de Ajuria Enea y el Acuerdo de Lizarra (Estella), aunque en su espíritu retoman el punto 10 del primero, el que abría la puerta a una solución negociada a la violencia y al conflicto vasco si se produjera el "cese pleno y permanente de la violencia", en palabras de Benegas.
Por lo demás, la propuesta del líder de los socialistas vascos -ampliamente aplaudida por los nacionalistas vascos- es mucho más detallada, retoma el espinoso asunto del ámbito vasco de decisión del plan Ardanza y añade incluso novedades como la figura jurídica de la "libertad vigilada" en relación con los presos etarras.
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