El Gobierno hizo creer a la OEA que aceptaba aplazar las elecciones

El régimen de Alberto Fujimori hizo creer que postergaría la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas por un plazo de cuatro días, tiempo considerado insuficiente por la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) para garantizar la transparencia del cómputo de votos, según han indicado fuentes diplomáticas.

La fecha del 1 de junio, en lugar del 28 de mayo, estuvo sobre la mesa y el jefe de la misión de la OEA, Eduardo Stein, creyó en un momento de las intensas negociaciones de los últimos días que las autoridades peruanas estaban dispuestas a aceptar un aplazamiento de los comicios. Menos de 24 horas después, al comenzar la tarde del jueves, el tribunal electoral daba el portazo definitivo.Desde que el 18 de mayo el candidato de la oposición, Alejandro Toledo, anunciara que no iría a los comicios del 28 de mayo para no avalar una elección fraudulenta, Lima ha vivido un torbellino de reuniones y contactos políticos entre representantes de los candidatos, la OEA, la autoridad electoral y un buen número de cancillerías. El domingo 20, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) pone a prueba el nuevo sistema informático para contar los votos en un primer simulacro. Ha sido un éxito, proclaman los organizadores del organismo más cuestionado de todo el proceso electoral por su marcada inclinación a favor del candidato oficial. Para los observadores de la OEA, el ensayo ha sido un fracaso. Lo explican en un comunicado contundente, y el jefe de la misión, el embajador Eduardo Stein, anuncia la retirada temporal de los trabajos de observación.

El martes 23, el representante de la OEA se reúne con los dirigentes de la confederación empresarial, a quienes advierte del riesgo de sanciones económicas contra Perú si no hay un retraso de las elecciones. En una larga jornada, Stein recibe señales de que el Gobierno puede flexibilizar su actitud y, entre la sorpresa general, anuncia que la misión de observadores estará presente en el segundo y último simulacro de la ONPE.

El miércoles 24 tiene lugar el ensayo, de nuevo un éxito para sus organizadores. La OEA admite que ha mejorado el sistema de cómputo, pero pide 10 días para poder realizar una auditoría, es decir, reitera la petición de una postergación. Stein tiene una larga reunión con el primer ministro, Alberto Bustamante, y el canciller Fernando de Trazegnies, donde comprueba un reparto de papeles entre duros y moderados en el interior del Ejecutivo. El jefe de la misión de la OEA acude a la Embajada estadounidense para conversar con el secretario general de la organización, César Gaviria, a través de una línea telefónica especial, inmune a toda interceptación. El detalle es difundido por el propio Stein para mostrar el grado de desconfianza que reina en Lima, donde los ciudadanos están especialmente sensibilizados ante la profusión de escuchas telefónicas, denominadas popularmente chuponeo, por parte del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que controla el asesor presidencial Vladimiro Montesinos. Por la noche, dos destacados medios de prensa estadounidenses son recibidos en palacio por Fujimori y su número dos, Francisco Tudela. Los periodistas abandonan la reunión con la idea de que habrá aplazamiento. La jornada concluye con una noticia alarmante. El periodista Fabián Salazar es asaltado en su oficina, maniatado y torturado por supuestos miembros del SIN. ¿Su delito? Tener documentos comprometedores que, supuestamente, revelan la connivencia del SIN con miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

El jueves 25, políticos y observadores están reunidos mientras en la calle se registran escenas de violencia en una jornada de protesta contra el fraude. A primera hora de la tarde, el JNE anuncia su veredicto: no habrá retraso, las elecciones serán el 28 de mayo, aunque sólo concurra un solo candidato. Stein está abrumado y dice que no entiende nada. El primer ministro Bustamante va a la Embajada de EEUU para decir que el Gobierno acata la decisión del JNE. Stein se reúne con los embajadores de la OEA, y por la noche la misión difunde el último comunicado. Los observadores no avalan el proceso y no estarán presentes en la jornada del domingo. El excanciller guatemalteco conversa en varias ocasiones con Gaviria y comprueba que la suerte está echada. Rompe la baraja.

El viernes 26, Eduardo Stein abandona Perú, un día antes de lo que habían anunciado sus asesores. La Casa Blanca advierte a Fujimori que las relaciones bilaterales pueden verse afectadas por su empecinamiento. El sábado 27 es la jornada de reflexión, ¿qué reflexión? El domingo 28, el diario opositor La República sale a la calle con un titular que ocupa toda la portada: "Hoy empieza el fin de Fujimori".