La policía sofoca un altercado de 30 aficionados del Espanyol en un bar
Los antidisturbios de la policía intervinieron en la tarde de ayer, antes del partido, para sofocar un altercado causado por una treintena de aficionados del Espanyol en un bar próximo a Mestalla.Los incidentes se produjeron sobre las siete y media de la tarde en la cafetería Austria 7, situada en el número 40 de la avenida de Aragón. El encargado del local relató que los hinchas "habían estado tomando cervezas en la terraza y se fueron calentando, hasta que unos cuantos empezaron a arrojar las sillas a una zona ajardinada". Ante el cariz que tomaba la situación, los responsables del local alertaron al 091, que envió a un grupo de antidisturbios para controlar la situación. Cuando llegaron los agentes, tranquilizaron a los seguidores más exaltados y les pidieron a todos que abandonaran el local. Fuentes policiales aseguraron que no fue necesario emplear la violencia ni detener a ninguno porque no causaron daños.
La tarde fue muy ajetreada para los 1.000 policías desplegados por la ciudad para controlar a los 36.000 aficionados de ambos conjuntos -un millar de ellos de grupos radicales- que se desplazaron a Valencia. "Los hinchas han protagonizado numerosas escaramuzas en diversas calles y establecimientos y hemos tenido que ir detrás de ellos a tranquilizar los ánimos, pero por suerte la sangre no ha llegado al río en ninguna ocasión", explicaba un responsable policial al inicio del encuentro.
Refuerzos de última hora
El jefe superior de policía de la Comunidad Valenciana, Segundo Martínez, había solicitado en un primer momento 400 antidisturbios de refuerzo de otras comunidades para el dispositivo de seguridad de la final.
Pero tras conocer la posibilidad de que viajaran a Valencia algunos miembros del grupo de hinchas radicales del Real Madrid Ultras Sur y ante el elevado número de integrantes del Frente Atlético y las Brigadas Blanquiazules que iban a acudir al partido, el comisario Martínez solicitó que le enviaran otros 200 policías adicionales. A estos 600 agentes llegados de diversos puntos de España hay que sumar los 200 antidisturbios de Valencia y 200 agentes de la Policía Local.
A lo largo de la jornada, miles de aficionados de ambos equipos llenaron de colorido el centro de la ciudad mientras visitaban los monumentos o recuperaban fuerzas en una terraza embutidos en sus camisetas rojiblancas y blanquiazules. La mayoría se cruzaban por las calles de forma pacífica, aunque algunos provocaban a los rivales: "El año que viene, Atleti-Gramanet", les cantaban a media tarde algunos periquitos a los colchoneros en la céntrica calle de Colón. Durante el partido, los agentes vigilaron de cerca a un grupo de seguidores radicales del Atlético de Madrid que habían consumido muchas bebidas alcohólicas para evitar que causaran algún altercado.
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