Olot aprueba una moción que prohíbe herir y matar toros en su plaza
El pleno del Ayuntamiento de Olot ha aprobado que las corridas de toros que se celebren en la plaza municipal, la más antigua de Cataluña y la segunda de España tras la de Ronda, eviten causar heridas al animal y matarlo. Puyas, banderillas, espadas y puntillas quedarán proscritas en una plaza que, pese a celebrar sólo dos corridas al año, está considerada una isla del toreo en Cataluña. Esta norma tiene pocas posibilidades de prosperar ya que, según afirma Carles Llorens, delegado de la Generalitat en Girona, la regulación de este espectáculo es competencia de la Generalitat.
Llorens une a su cargo oficial el de líder de CiU en el consistorio de Olot, gobernado por los socialistas, y se abstuvo en la votación para prohibir las heridas y la muerte de los toros en la población.La moción, que ganó por nueve votos contra ocho más tres abstenciones, fue presentada por los concejales Miquel Macias, de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V); Jordi Coma, de ERC, y Sergi Martí, de CiU. Todos los partidos políticos concedieron libertad de voto a sus ediles, cosa que originó que los representantes municipales de CiU y el PSC se dividieran entre el voto favorable, el contrario y la abstención.
El alcalde, Lluís Sacrest, votó en contra de la moción. La iniciativa habría sido aceptada con una mayoría más amplia si en su redacción se hubiera especificado que la medida sólo se aplicaría una vez finalizada la actual concesión, tal como se decidió posteriormente.
El concejal del PP, Joaquim de Trinxeria, es el más crítico con la decisión adoptada por el pleno y ha anunciado que recurrirá al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) alegando que se ha vulnerado un viejo compromiso municipal. El representante del partido conservador mantiene que la plaza fue cedida ya en 1891 al gobierno local por sus propietarios con el compromiso de que el Ayuntamiento mantendría los festejos taurinos.
De Trinxeria considera que la celebración de corridas sin muerte del toro, tal como se desarrollan en otros países, supone, en la práctica, acabar con las dos corridas que tradicionalmente se han venido celebrando en Olot, la del 1 de mayo y la de las fiestas patronales de la Virgen del Tura. "Hay el reglamento taurino, y además la Generalitat califica la plaza de Olot como una de las que se pueden llevar a cabo corridas de toros", añadió el concejal del PP.
Crueldad innecesaria
La moción justifica la medida por la obligación que tienen las administraciones de velar para evitar los daños o la crueldad innecesaria con los animales. La medida aprobada por el consistorio no podrá aplicarse hasta el año próximo, cuando se acaba la actual concesión a la empresa que gestiona las corridas. Hasta ahora, esta concesión se ha renovado de año en año.
En Olot hay un colectivo de aficionados a las corridas que intentará evitar a toda costa que la medida aprobada por el consistorio acabe llevándose a cabo. Es probable que en fechas próximas los accionistas de la plaza intenten recuperar la concesión de la misma a través de un contencioso administrativo.
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