El Atlético toma ejemplo del Madrid

El máximo rival como mejor ejemplo. La final de la Liga de Campeones parece haber descubierto un ilusionante asidero para el Atlético de Madrid, tan huérfano como está de noticias gratas. El club rojiblanco ha decidido, paradojas del destino, mirarse en el espejo del Madrid. La lectura del partido del pasado miércoles ha subido en varios grados la autoestima de los rojiblancos, que se han agarrado a la siguiente conclusión: el Valencia llegaba mejor, mucho mejor, que el Madrid a esa final, pero el Madrid hizo valer su experiencia en partidos de tanta enjundia. Y ganó. ¿Por qué no podría ocurrir lo mismo en el choque del sábado?El Espanyol llega más entero que el Atlético, se le mire por donde se le mire, y si a alguien se le olvida ahí está su técnico, Paco Flores, para recordar que no hay más favorito que el Espanyol. Pero a nivel de experiencia, opinan los futbolistas del Atlético, no hay color: "El Espanyol llega en un magnífico momento y nosotros, no. Pero esta final la jugó el Atlético el año pasado, y aunque entonces perdiéramos, tenemos más experiencia que el Espanyol en eventos de este tipo". Así habla Aguilera, quien resumió la final de la Liga de Campeones de una forma sencilla: "Ganó el grande".

Y grande se considera el Atlético ante el partido del sábado, como si quisiera sacudirse la imagen de derrotado con la que encara la faena. Y no es ajena a esa circunstancia la plantilla del Espanyol, uno de cuyos componente, Sergio, tomó buena nota de lo ocurrido en esa final de la Copa de Europa: "Espero que a nosotros no nos pase lo que al Valencia, que se apocó en el momento más inesperado. La experiencia tiene mucho valor en este tipo de partidos y el Atlético la posee. Por eso debemos tomar nota de lo ocurrido en esa final, en la que el Madrid marcó el ritmo que quiso".

Experiencia, sin duda, le sobra al Atlético. Un somero vistazo a su plantilla permite descubrir hasta a siete jugadores que hace apenas cuatro años levantaron, una tras otra, la Copa del Rey y la Liga. Aún sin molestar, "el Espanyol es un buen equipo y llega en un gran momento a la final", repiten casi al unísono los jugadores, el Atlético intenta elevar el tono de su voz. "En las finales, los equipos grandes siempre dan la talla", decía Capdevila con la final de la Liga de Campeones en el recuerdo.

Con el Madrid convertido de rebote y espiritualmente en el mejor aliado, el Atlético intenta olvidar, por un día, el anunciado éxodo que el descenso provocará en su plantilla, y también algunos asuntos menores como la celebración del hipotético título. "No sé si se celebrará o no" decía ayer Aguilera, "y tampoco me parece tan importante. Yo, aunque sea en la intimidad, lo celebraré".

Lo cierto es que la afición del Atlético ha respondido mejor de esperado. Así lo demuestra el que sólo 200 entradas se hayan quedado, de momento, sin vender. Hoy se espera que comiencen a llegar a Valencia los seguidores rojiblancos, que lo harán en bloque el mismo día de un partido que servirá de despedida para un buen número de jugadores.

Tras aterrizar el miércoles por la tarde, el Atlético hizo ayer su primer entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Paterna, tras el que se consolidó la idea de que Fernando Zambrano tiene previsto variar la táctica habitual, lo que no resulta ajeno a un conjunto que ha visto cómo Ranieri y Antic cambiaban el sistema una y otra vez. Visto lo visto, todo parece indicar que el Atlético optará por una defensa de cinco, con los dos laterales adelantados, tres centrocampistas puros, Baraja y Valerón junto a Hugo Leal, y un mediapunta acompañando a Hasselbaink. Y ahí, en el puesto de segundo delantero, se agolpan las mayores dudas de Zambrano, que de buen grado otorgaría la plaza a Solari si no fuera porque Kiko, recuperado definitivamente de su lesión fibrilar, puede llegar a tiempo.