Los sectores del PSOE critican la posibilidad de que la cúpula pacte el nuevo secretario general

Los distintos sectores surgidos en el PSOE tras el batacazo electoral criticaron ayer la posibilidad de que el nuevo secretario general salga de un pacto de la cúpula socialista. Manuel Escudero, líder de Iniciativa por el Cambio, que agrupa a cuadros próximos al ex candidato a La Moncloa José Borrell, expresó su temor de que la actual dirección y otras fuerzas del partido estén preparando un congreso cerrado, según los "viejos métodos". También Luis Atienza, mano derecha de la candidata Rosa Díez, dijo que hay que acabar con las "familias y las baronías" que controlan el PSOE.

Dentro de las múltiples agrupaciones, corrientes o movimientos que están surgiendo en el PSOE, Iniciativa por el Cambio -que presentó ayer su proyecto político con el título de Por un nuevo socialismo- se sitúa más bien a la izquierda. De hecho, apuestan por las alianzas con IU y otras fuerzas progresistas, aunque su discurso hasta ahora se ha centrado en cómo debe cambiar el PSOE para luego poder hacer ofertas creíbles a la sociedad, ya que consideran que el partido en los últimos años ha perdido credibilidad. Una credibilidad que, a juicio de este sector, sólo puede recuperarse "con un reconocimiento ecuánime de los errores del pasado", el más grave de ellos "la falta de asunción de responsabilidades políticas ante los mismos", por lo que "es hora de pedir públicamente disculpas". Además, en aras de la credibilidad, desde Iniciativa por el Cambio se defienden las elecciones primarias como elemento democratizador de la vida interna del PSOE. Gracias a las primarias llegó Borrell a ser el líder, y precisamente, según expone el documento presentado ayer, el mayor problema del partido en los últimos dos años fue que "una parte de sus responsables no aceptaron los resultados de las primarias".

Según el duro análisis que hizo Escudero junto a Cristina Narbona, cuando se convocó el congreso de julio, y en plena crisis por la dimisión de toda la dirección tras el batacazo electoral, parecía que iba a haber realmente un proceso abierto que llevaría a un nuevo partido. Se hablaba entonces, dijo Escudero, de listas abiertas para elegir a los 1.000 delegados y de campaña de los candidatos entre los militantes. Pero ahora, siempre según Escudero, la dirección ha optado por hacer un congreso cerrado, donde todo esté decidido de antemano.

Enseñar las cartas de Bono

En consonancia con este análisis, Escudero pidió a José Bono, candidato no declarado, que enseñe sus cartas y presente su proyecto político para que pueda ser discutido por todos.

Para luchar contra este intento de la cúpula de controlar el congreso, Iniciativa por el Cambio llama a los militantes a movilizarse y reivindicar su papel fundamental en la elección del nuevo secretario general. Escudero agregó que no comparte las críticas de Felipe González respecto a la "endogamia" del PSOE, ya que cree que se está produciendo el debate normal en un periodo precongresual.

En el seno del PSOE se multiplican los análisis sobre la crisis del partido y representantes de los sectores más importantes debatieron ayer en la cadena SER. Matilde Fernández, casi segura candidata del sector guerrista, dijo representar al "ala izquierda" del partido y aseguró que los socialistas cometieron un "error colectivo". "Yo me exijo a mí responsabilidad también, porque cuando ocupamos puestos de responsabilidad, la voz del partido se calló para que sólo hablará la voz de la institución", dijo.

Jesús Caldera, representante de Nueva Vía, liderada por José Luis Rodríguez Zapatero, defendió su corriente como "alternativa de progreso, con gente joven que quiere un cambio tranquilo y que considera que tiene que haber modificaciones tanto en el proyecto como en las personas".

Luis Atienza, responsable de campaña de Rosa Díez, la única dirigente relevante que ha presentado su candidatura, cree que "hay que cambiar el modelo de partido terminando con familias, baronías, lobbys, con la idea de que la vida política de un partido es repartirse internamente el poder y recuperar un proyecto integrador". El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, declinó entrar en el debate.

Ayer también continuaron las reacciones a las durísimas palabras de Felipe González contra los proyectos y candidatos a liderar el partido presentados hasta ahora. El presidente de Extremadura, el guerrista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, dijo que no es que no se presenten propuestas concretas -y citó la suya- sino que "no se quieren valorar las que algunos hacemos". "Yo hago lo que puedo, y si a Felipe le parece poco, pido excusas humildemente", ironizó.

En cambio, José Luis Rodríguez Zapatero, líder de Nueva Vía, aseguró ayer en Valladolid que comprende las críticas del ex secretario general y apostó porque González sea el futuro presidente del PSOE tras el congreso, informa Francisco Forjas. Zapatero recordó que González "es una garantía del tránsito natural e histórico que debe producirse en el partido, sea quien sea el próximo secretario general".