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Los madrileños dan la espalda a la 'ITV de los pisos', y sólo el 0,7% pasa la revisión

Antonio Jiménez Barca

La ordenanza municipal que obliga a los propietarios a la inspección técnica de viviendas y edificios, la denominada ITV de las casas, lleva camino de convertirse en un fracaso debido al enorme grado de incumplimiento. Cerca de 12.000 edificios tienen que pasar esta revisión general y obligatoria a lo largo de este año. Pero en el departamento de Protección de la Edificación del Ayuntamiento de Madrid sólo han llegado, hasta el momento, 85 informes acreditativos de que se ha llevado a cabo el examen, el 0,7% del total. El jefe de este departamento, Fernando Macías, reconoció ayer que los madrileños "aún no se han enterado muy bien" de la obligatoriedad de revisar el estado de sus edificios. Macías recordó que la ordenanza que regula esta ITV prevé multas de 75.000 pesetas para las comunidades de vecinos que no cumplan con los plazos. Si se reincide, el Ayuntamiento volverá a multar por la misma cuantía.La ordenanza sobre Conservación, Rehabilitación y Estado Ruinoso de las Edificaciones obliga a que todos los edificos de más de 20 años pasen una revisión en los próximos años. El texto se aprobó en enero de 1999, pero no ha entrado en vigor hasta 2000. Afecta a casi 150.000 edificios, más del 85% de las edificaciones construidas, y se articula de manera escalonada: este año deben pasar la revisión los edificios protegidos -por su valor histórico o arquitectónico-. En Madrid, según Macías, son 12.000; el año que viene afectará a los edificios del centro histórico no protegidos; en 2002 deberán inspeccionarse los inmuebles construidos antes de 1960; en 2003 llegará el turno de los edificados entre 1961 y 1970; en 2004, a los que se levantaron entre 1971 y 1980, y en 2005, al resto con más de 20 años.

Durante el plazo correspondiente, la comunidad de vecinos deberá contratar a un arquitecto para que examine la estructura y la cimentación del edificio, el estado general de la fachada, de las cubiertas y de las azoteas. Los arquitectos también deberán estudiar aquello "que puede suponer un peligro en la vía pública", según la ordenanza, como cornisas sueltas u otros añadidos que sobresalen de la fachada. Hasta el momento, muy poca gente cumple.PASA A LA PÁGINA 3

Urbanismo calcula que la inspección de un edificio con 10 viviendas cuesta una media de 50.000 pesetas

VIENE DE LA PÁGINA 1 Los miembros de la comunidad de vecinos pueden elegir, para que haga el informe pertinente, al arquitecto que deseen. Un profesional puede cobrar por elaborar el estudio como el requerido, en un edificio de cinco plantas y 10 viviendas, unas 50.000 pesetas, según calculó ayer mismo el jefe del departamento de Protección de la Edificación, Fernando Macías. "Como se ve, es un precio asequible, que está al alcance de todos", añadió.

Para Macías, es importante que los madrileños "se conciencien de la necesidad de la medida". "Es algo preventivo y necesario para la ciudad; de esta forma, se pueden evitar males mayores", añadió.

La comunidad de vecinos debe remitir el informe a la Gerencia de Urbanismo. Allí, los técnicos municipales examinarán el escrito y, si hay deficiencias que necesitan un arreglo, obligará a los vecinos a llevarlas a cabo. Si los residentes se niegan será el Ayuntamiento el que lo haga, pasando luego la factura.

También si los vecinos se niegan a llevar a cabo la inspección lo hará el Ayuntamiento. "A las tres multas de 75.000 pesetas sin haber hecho la inspección, el Ayuntamiento hará el trabajo por ejecución sustitutoria, cobrando luego el coste a la comunidad de vecinos.

A juicio de Macías, el escasísimo nivel de cumplimiento de la ordenanza responde, sobre todo, al desconocimiento: "Igual pasó con la inspección técnica de vehículos cuando entró en vigor: al principio, la cumplía muy poca gente y después ya se acostumbró la ciudadanía. Lo mismo pasará aquí. Los colegios profesionales de arquitectos nos aseguraron que iban a hacer campañas, pero todavía no las han hecho. Convencer a la gente cuesta mucho". El Ayuntamiento también tiene previsto crear un registro informático y habilitar un departamento para centralizar todos los informes que le vayan llegando. Una vez terminado el informe, enviado al Ayuntamiento y subsanadas las deficiencias, caso de que las hubiere, los vecinos no tendrán que preocuparse en 10 años. La ordenanza establece que cada 10 años debe repetirse la inspección.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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