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Detenida una banda de 27 rumanos especializada en estafas y hurtos

Un total de 27 personas de nacionalidad rumana han sido detenidas durante los últimos cinco días en la comarca de la Selva acusadas de los más variados delitos: asociación ilícita, falsificación de documentos públicos, estafas, hurtos y robos. Es la más numerosa y profesionalizada banda de delincuentes desarticulada hasta ahora por los Mossos d'Esquadra. Sus miembros, que llegaban a disfrazarse de policías para cometer con impunidad algunos de sus delitos, actuaban principalmente en la comarca de la Selva y el norte del Maresme.La táctica de los falsos policías les permitía cometer numerosos delitos con toda tranquilidad. Los supuestos agentes acudían en ayuda de turistas que estaban siendo molestadas por maleantes -también miembros del grupo- y tras pedirles la documentación, los falsos policías extraían de sus carteras dinero y tarjetas de crédito sin que se dieran cuenta. También registraban las carteras alegando que buscaban dinero falso o fingían correr tras un delincuente que acababa de protagonizar un tirón para cubrirle la huida. La credibilidad de estos policías, que siempre atacaban a turistas extranjeros, era tal que un juez llegó a caer también en el engaño.

Otro de sus procedimientos consistía en acudir a una entidad de cambio con un sobre lleno de billetes y, alegando un desacuerdo con el cambista, deshacía la operación en el último momento: al poco de salir del local, el estafador se arrepentía, volvía a la ventanilla y presentaba un sobre aparentemente igual en el que sólo el primero y el último billete del fajo eran auténticos. Cuando el empleado se daba cuenta de que el sobre contenía recortes de periódico, el estafador ya se había esfumado.

El grupo de rumanos también protagonizaba hurtos por descuido en grandes superficies, aprovechando la distracción de las víctimas, o robos en autopistas, distrayendo a los conductores con una excusa que les permitía apoderarse de los objetos del interior de sus vehículos.

El robo en los supermercados requería unas vestimentas muy holgadas, especialmente preparadas para ocultar todo tipo de productos en grandes bolsillos interiores. Por este procedimiento llegaban a robar grandes cantidades de alcohol de los estantes que luego intentaban vender en los bares. Todas estas estratagemas implicaban a menudo a tres o cuatro personas que se cubrían y protegían unas a otras.

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