El Gobierno catalán niega cualquier injerencia en la gestión del Barça
Los miembros del Gobierno catalán optaron ayer por la prudencia para responder al presidente dimisionario del Barça, Josep Lluís Núñez, tras acusar a la Generalitat de Cataluña de haber orquestado una "cacería política" contra el club y contra su persona a través de los medios de comunicación institucionales. "Me siento dolido, pero lo que pasa en el Barça no es culpa de la Generalitat", afirmó el portavoz del Ejecutivo catalán, Artur Mas.
Ni el Gobierno autónomo ni la propia coalición nacionalista, Convergència i Unió (CiU), quisieron echar más leña al fuego para no agravar unas relaciones ya de por sí deterioradas a lo largo de los años. Y ayer tampoco se trataba de hacer leña del árbol caído a pesar de que las declaraciones de Núñez irritaron sobremanera al Ejecutivo catalán. El consejero de Economía y portavoz del Ejecutivo catalán, Artur Mas, se limitó a negar las acusaciones y a expresar su malestar. Desde CiU se optó por el más absoluto mutismo. El resto de los partidos políticos catalanes apostaron por no politizar las próximas elecciones del club azulgrana.En sus únicas declaraciones a un medio de comunicación, en la noche del miércoles, Josep Lluís Núñez se cebó contra el Gobierno de la Generalitat y contra los medios de comunicación públicos catalanes. "Me siento maltratado... Necesito un reconocimiento público pero veo que es imposible". "Hay una cacería política... pero esto no es nada nuevo. Es algo de 22 años. La Generalitat, que tiene Catalunya Ràdio, Avui [propiedad de una empresa privada] y TV-3 no ha colaborado", fueron algunas de las pullas que lanzó Núñez.
"Lo que pasa en el Barça no es culpa de la Generalitat, ni de TV-3 ni de Catalunya Ràdio, ya que de la misma manera que cuando se han producido éxitos deportivos éstos no eran mérito de la Generalitat, ahora que las cosas no van bien tampoco es culpa nuestra", señaló Artur Mas.
"El Gobierno catalán nunca ha interferido en la gestión del Barça", abundó el consejero de Cultura y responsable del área de Deportes, Jordi Vilajoana, para salir al paso de las seculares acusaciones que desde el club se han vertido contra la Generalitat y contra Convergència. En más de una elección, el partido nacionalista y personas de su entorno apoyaron política, pública y financieramente a candidatos alternativos a Núñez. Entre otros a Ferran Ariño en 1978 y a Sixte Cambra en 1989. Posteriormente, Cambra fue elegido senador por la coalición nacionalista.
Sin embargo, Pasqual Maragall, dirigente de los socialistas catalanes, restó importancia al papel desempeñado por CiU repecto al Barça. "Puede ser que en los 10 primeros años la preConvergència intentase meter la cabeza en el club, pero con la democracia creo que todo eso se ha quedado atrás", afirmó.
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