Howe Gelb muestra en Bergara que el rock tiene una cara relajada

No cabe duda de que Howe Gelb es un músico de rock. Sin embargo, su propuesta no se ajusta al estereotipo de saturación eléctrica y mensajes agitadores. Su ánimo no es caldear a las masas, y por eso no tiene reparos a la hora de embarcarse en una gira con la única compañía de su guitarra y de un pianista, un formato de dúo cuya capacidad de seducción se podrá comprobar hoy (22.00; 800 pesetas) en la sala Go-Jam! de Bergara, penúltima escala de un tour español que culmina mañana en Mallorca tras haber recalado en Madrid y Gijón.En la localidad guipuzcoana no faltarán temas de los dos elepés que ha grabado en solitario, pero está anunciado que Gelb repase también el repertorio de la última entrega de su trío, Giant Sand, editada el pasado mes de marzo. El disco en cuestión se titula Chore of enchantment (Thrill Jockey-Caroline) y se abre con una introducción a base de chelo (Overture) cuya escucha provoca que uno no sepa a ciencia cierta qué va a encontrarse. Pero en cuanto suena el segundo corte se empieza a adivinar que se trata de un trabajo repleto de rock sosegado que gusta de recrearse en las ambientaciones que crean tanto herramientas clásicas del rock como guitarras acústicas, teclados, mellotron, acordeón, el citado chelo y hasta alguna sutil base electrónica.

Dicha instrumentación no se utiliza para asombrar, sino para sugerir (en la línea del Lou Reed más sereno), y lo mismo establece frágiles vínculos con la música country, que ofrece raciones de pop rock o ritmos apesadumbrados que configuran un muestrario de música intimista y relajante que reserva escasos momentos para comprobar la energía inherente al rock.