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El Ejército asegura que el líder de la guerrilla de Sierra Leona sigue vivo

Ramón Lobo

Son varias las personas que aseguran haber visto el lunes al máximo jefe guerrillero Foday Sankoh, con vida. El capitán del Ejército de Sierra Leona, Abu Conteh, dice que los cientos de civiles que huyen de Warama le han reconocido en las proximidades de la llamada ruta 91, en dirección a Makeni. "Trata de alcanzar por la selva zonas controladas por el RUF [Frente Revolucionario Unido]. Nuestros kamajors tratan de cortarle el paso", dijo Conteh.

El comandante Frank Bassie, jefe de esta milicia del frente de Masiaka, corroboró ayer esta versión. "Sankoh se hace acompañar de su guardia personal, la misma que lo protegía en Freetown hace nueve días, incluidos Dennis Mingo, Superman, y Yibril Massaquoi", dos jefes de la guerrilla. Esta es la primera versión no confirmada, por fuente independiente, de que Sankoh, el jefe de una guerrilla rural de origen maoísta y que ahora tiene tics de secta satánica, sigue con vida y en libertad de movimiento por la selva. Las otras le dan por muerto o preso. El Gobierno sierraleonés, que considera fenecido el acuerdo de paz, acusó ayer a Sankoh de preparar un golpe de Estado y la policía ha iniciado investigaciones para imputarle los crímenes de guerra que aquellos acuerdos de Lomé de 1999 le perdonaron.

Masiaka es un villorrio espectral: viviendas de adobe ennegrecidas, zapatillas y cacerolas abandonadas en la prisa y restos de metralla en el asfalto. Aún se escuchan disparos y las tropas del Gobierno se mueven con extrema cautela. En las afueras, nueve cadáveres yacen en una fosa abierta. "Son del RUF; murieron en un enfrentamiento la mañana del domingo", afirma Bassie, vestido con una camiseta de la NBA de Los Angeles Lakers. Los muertos no tienen ojos, pues se los devoraron los buitres, pero en su monstruosa deformidad se percibe aún una brizna de juventud. "Dominamos Masiaka y los 20 kilómetros de carretera siguientes hasta el puente cercano a Petifu. Aquello es tierra de nadie", añade Bassie.

Ni el capitán ni el jefe de los kamajors en el frente de Masiaka ni el líder de los west side boys (chicos de la región oeste), un tal teniente coronel Manbú, admiten haber recibido órdenes de no avanzar. "Esto lo debe preguntar en el cuartel general de Freetown", finta Conteh. Pero uno de los kamajors cubierto con un rosario de fetiches es más claro: "No sé en qué están pensando esos políticos, deberíamos avanzar ahora que tenemos la iniciativa y llegar hasta Makeni [segunda ciudad del país] en una semana. Podemos hacerlo si nos dan medios".

La misión de la ONU en Sierra Leona ha presionado al Gobierno de Freetown para que frene la ofensiva. Todo avance más allá de los límites de Masiaka según advirtió este domingo el presidente de Liberia, Charles Taylor, al representante especial del secretario general de Naciones Unidas, Aluyami Adeniji, pondría en riesgo la vida de los 347 cascos azules que permanecen secuestrados.

Taylor también informo de que entre 30 y 40 de los 139 soldados liberados -todos ya a salvo en Monrovia, la capital de Liberia- tienen heridas de bala, algunos de ellos de consideración. Las disparos habrían sido recibidos en enfrentamientos con rebeldes antes de su captura.

Una patrulla de soldados jordanos de la ONU se adentró en la tarde del lunes en Masiaka. "Estuvieron 30 minutos y se marcharon", se queja el comandante Bassie. "Con todo el material que traían [seis blindados artillados y diversos vehículos] podríamos ganar la guerra en un par de días", exclama entre risotadas Conteh. Un comandante jordano del cuartel general de la ONU confirmó poco después que no está previsto por el momento, un despliegue de cascos azules dentro de Masiaka.

La ONU se agazapa en la retaguardia de las facciones que apoyan al Gobierno. Nunca toma iniciativas militares, sólo asegura posiciones detrás del frente de batalla. Al aeropuerto internacional de Lungi, protegido por paracaidistas británicos, llegaron ayer 500 soldados de India. Hoy se esperan otros 1.000, con lo que el número de tropas de la ONU en Sierra Leona se elevará a 10.200, la misión más importante de todas por encima de Timor Oriental.

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