_
_
_
_

El cardenal Carles abre una crisis en el arzobispado

La dimisión del obispo auxiliar Joan Carrera acentúa la deriva de la diócesis de Barcelona hacia las posturas más conservadoras

El arzobispo de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles, y el obispo auxiliar Joan Carrera, hasta el lunes número dos de la diócesis, viajaron ayer a Roma, en peregrinaje jubilar, dejando abierta en el arzobispado una crisis de inciertas consecuencias, provocada por la dimisión irrevocable de Carrera como moderador de la curia, en solidaridad con el jesuita Enric Puig, que fue cesado por Carles del cargo de canciller y secretario general del Arzobispado.La diócesis parece congelada. No ha confirmado oficialmente la dimisión de Carrera, ni ha nombrado sustituto, ni ha reconocido la cascada de dimisiones de las personas que habían llegado al organigrama diocesano de la mano de Carrera y Puig, como Santiago Ramentol en la Comisión de Comunicación, entre otros.

Tanto a Carrera como a Puig, que había ocupado diversos cargos en la Administración de la Generalitat, se les considera cercanos a Convergència y se les atribuye un talante personal más abierto y conciliador que el del arzobispo, un hombre de opiniones profundamente conservadoras que ha evitado en todo momento pronunciarse sobre el nacionalismo catalán, incluso cuando Cataluña padeció los prejuicios del anterior nuncio del Vaticano, el húngaro Lajos Kadar. Su ascenso dentro del episcopado español -es vicepresidente de la Conferencia Episcopal- podría haber aumentado su confianza y llevarle a prescindir de los apoyos nacionalistas, justo en el momento en que toma consistencia el proceso para la creación de la Región Eclesiástica Catalana.

Con la salida de Carrera y Puig, el cardenal pierde a sus únicos valedores entre los sectores más dinámicos de la comunidad católica barcelonesa, lo que le deja en manos de los elementos más inmovilistas. Puig, a quien se le atribuye un papel decisivo en el saneamiento de las finanzas de la diócesis y en el éxito de la boda de la infanta Cristina en Barcelona, ha sido sustituido por José Ángel Saiz Meneceses, párroco de la iglesia del Roser, de Cerdanyola (Vallès Occidental), un clérigo formado en el seminario de Toledo, exponente durante largo tiempo del integrismo católico hispano.

Junto a Puig ha dejado su cargo el gerente Ignasi Torrent, sustituido por el economista Pere Alegrí. En realidad, algunas fuentes cercanas al arzobispado aseguran que fue el cese de Alegrí el que provocó el de Puig , y éste, a su vez, el de Carrera.

Ayer, con Carles y Carrera en Roma, la crisis permanecía abierta sin atisbos de que se fueran a producir novedades. A decir de algunos especialistas, el cargo que ostentaba el obispo Carrera como moderador de la curia podría no ser ocupado por ninguno de los otros obispos auxiliares de la diócesis barcelonesa -Carles Solé Perdigó, Pere Tena, Joan Enric Vives y Jaume Treserra- sino por un simple sacerdote que ostentaría el cargo de vicario general. Estas fuentes apuntaban que Carrera era el único de los obispos auxiliares que apoyaba sin fisuras a Carles, hasta el punto de que le había valido fuertes críticas de los sectores más abiertos de la curia. Otras fuentes, sin embargo, apuntaban hacia Vives, secretario de la Conferencia Episcopal Tarraconense, como posible sustituto.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_