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Al menos cinco palestinos muertos y 400 heridos en enfrentamientos con israelíes

El Gobierno de Israel decidió ayer traspasar tres barrios de Jerusalén -Abu Dis, Azaria y Sauajra- a la Autoridad Palestina, que preside Yasir Arafat, con la esperanza de reabrir con este gesto una vía de negociación con los palestinos y aplacar la revuelta iniciada hace cuatro días en los territorios autónomos. Los incidentes, los más graves que se producen desde el fin de la Intifada, dejaron ayer cinco muertos, dos de los cuales eran policías palestinos, según informaciones no confirmadas oficialmente, y al menos 400 heridos. La televisión israelí elevaba el número de muertos a 10, aunque no daba confirmación oficial.

La protesta palestina, con la que se reclamaba en principio la libertad de los 1.600 presos políticos palestinos contemplada en los Acuerdos de Oslo, se intensificó ayer al conmemorarse el 52º aniversario de la Anakba (la catástrofe), con la que cada año se recuerda con manifestaciones en los territorios autónomos el nacimiento del Estado de Israel.Los enfrentamientos más duros entre israelíes y palestinos tuvieron como escenario las afueras al norte de Ramalha, la capital administrativa de la Autoridad Palestina, donde policías de Yasir Arafat intercambiaron disparos durante tres horas con los soldados israelíes. Mientras, centenares de muchachos árabes apoyaban a las fuerzas de seguridad palestinas, lanzando piedras y cócteles mólotov contra los soldados.

Los ataques de las fuerzas y de los jóvenes palestinos fueron repelidos, como en días anteriores, por el fuego real de las tropas israelíes, mientras los helicópteros sobrevolaban incansables la zona tratando de proteger unas instalaciones militares israelíes. El día anterior, el Gobierno había autorizado a los soldados el uso de fuego real.

En el transcurso de estos incidentes se habría producido la muerte de los dos policías palestinos, mientras que otros dos jóvenes habrían muerto en otras zonas de Cisjordania.

En medio de estos graves problemas de orden público, el Parlamento de Jerusalén decidió ayer -por 56 votos a favor, 48 en contra, 1 abstención y 15 ausencias- traspasar tres barrios árabes de Jerusalén Este al Gobierno autónomo de Yasir Arafat, aceptando de esta manera las reivindicaciones planteadas por la Autoridad Palestina, cuya pretensión es convertir uno de los suburbios de la Ciudad Santa que le será transferido -en concreto, Abu Dis, con una población de 13.000 habitantes- en la capital del futuro Estado de Palestina.

Además, el Ejecutivo de Yasir Arafat quiere trasladar a Abu Dis el Parlamento palestino, que tiene su sede provisional en Ramalha, y también abrir desde esta población un corredor que permita conectar este suburbio de la Ciudad Santa con la grandes mezquitas de Al Aqsa y Omar, en el corazón de la ciudad antigua de Jerusalén, y cuyos templos son venerados como el tercer lugar santo del islam.

El traspaso de los tres suburbios de Jerusalén a las autoridades palestinas, verdadero caballo de batalla en los últimos ocho meses de negociaciones entre israelíes y palestinos, ha abierto una grave crisis en el seno del Gobierno israelí. Barak ha mantenido la iniciativa con la oposición del Partido Nacional Religioso, Shahs e Israel Be Aliya, tres formaciones de la coalición gubernamental que ayer unieron sus votos al partido de derechas Likud (en la oposición) para torpedear la iniciativa de Ehud Barak y hacer caer al mismo tiempo al Ejecutivo, cuando todavía no ha cumplido un año.

Los que se oponen a la transferencia alegan que la entrega de estos barrios vulnera el principio sacrosanto de la "unidad de Jerusalén como capital indivisible de Israel".

"No cambia nada"

"La entrega de Abu Dis y los otros dos pueblos no cambia nada en el terreno. Sólo se trata de un 0,25% de Cisjordania que ya estaba bajo el control de la Autoridad Palestina", aseguró Barak en el hemiciclo, tratando así de imponer su voz en medio de la protesta airada de los parlamentarios en una complicada sesión. El primer ministro israelí aseguró que la entrega de estos tres enclaves "no pone en peligro la seguridad de Jerusalén". Finalmente, a pesar de lo ajustado del resultado (56 votos frente a 48), Barak logró su propósito.

Con la entrega de los tres suburbios de Jerusalén a los palestinos, Barak trata de reabrir el proceso de paz y calmar la revuelta que desde hace cuatro días se vive en todos los territorios autónomos palestinos, y que en las últimas horas se ha saldado con más de 400 heridos y cinco muertos.

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