El Senado arranca en esta legislatura con un debate sobre su futuro
El primer debate de la legislatura en el Senado, que se celebra hoy, abordará su principal problema: su conversión en Cámara territorial sobre la base de una moción que ha presentado el portavoz del PP, Esteban González Pons. El PSOE ha presentado una enmienda, a través de su portavoz, Juan José Laborda, con un doble sentido: explotar las posibilidades que ofrece el Reglamento del Senado para avanzar en su funcionamiento como asamblea territorial y reanudar las tareas de la ponencia que estudiaba su reforma.Laborda denunció ayer que, en la pasada legislatura, el PP bloqueó, por un lado, la ponencia de reforma del Senado y, por otro, no hizo nada por aprovechar el foro de la Comisión General de Comunidades Autónomas, el embrión del Senado como Cámara territorial, que creó la reforma del Reglamento de 1994.
El portavoz socialista recordó que sólo hubo un debate sobre el estado de las autonomías en toda la legislatura y que la Comisión General de Comunidades Autónomas -en la que pueden participar los presidentes autonómicos- prácticamente no tuvo actividad y "todo el debate territorial, que fue muy intenso, se celebró fuera de la Cámara". Laborda recuerda que "ni la Declaración de Barcelona, suscrita por todos los partidos nacionalistas, ni el Pacto de Lizarra, por los nacionalistas vascos, fueron objeto de debate en la Comisión General de Comunidades Autónomas, que se creó precisamente para ello. Todos esos debates se dirimieron en los medios de comunicación".
González Pons expresó ayer la voluntad de su partido, que en esta legislatura revalidó su mayoría absoluta en el Senado, de escuchar las propuestas de la oposición. Expresó su disposición a que haya debates sobre el estado de las autonomías, pero con "un formato más ágil que el actual" y a que se exploten las posibilidades que el reglamento otorga a la Comisión General de Comunidades Autónomas.
En cuanto a la reforma del Senado, subrayó los límites que le impuso José María Aznar en el debate de investidura: mejorar su eficacia como Cámara territorial, pero sin dejar su papel parlamentario ni acometer una reforma constitucional. Esto significa, añadió González Pons, que la reforma no la puede reconvertir en Cámara federal, al estilo de Bundesrat alemán, como quiere el PSOE.
