Guardiola: "No podemos pedirle al Espanyol lo que no hemos sabido hacer nosotros en todo un año"

Y, ahora, a depender del Espanyol. El Barça está en manos de su rival ciudadano para ganar la Liga, como hace seis años, a costa del Deportivo. Casi una utopía. El vestuario, por boca de su capitán, Josep Guardiola, afirmó ayer que la plantilla no tenía ningún derecho a solicitar nada al club blanquiazul. "No podemos pedirle que haga lo que nosotros no hemos sabido hacer en todo el año", dijo el mediocentro. "Sé que, como profesionales, saldrán a ganar en Riazor. Pero también imagino que tendrán más en la cabeza la posibilidad de ganar la Copa del Rey, un título al que aspiran desde hace muchos años".El Barça intuye que el viernes vivirá una noche negra y que la fiesta se celbrará en A Coruña. El equipo siente que esta Liga no es suya y que, tras perder 12 partidos esta temporada, tampoco es digno de ella. "No nos la merecemos", admitió Guardiola justo después de perder ante el Rayo Vallecano en el Camp Nou. "Quizás no fuimos conscientes de lo que nos jugábamos ese día. Yo estaba seguro de que seríamos campeones si amarrábamos los puntos de casa. Hemos estado muy pendientes de lo que hacía el Deportivo y no de nosotros mismos. Sólo nos queda ganar al Celta". El equipo ve tan pocas opciones que hasta ya se plantea modificar la pretemporada por si debe jugar la ronda previa de la Liga de Campeones. O sea, que teme no quedar ni siquiera segunda y caer hasta la tercera o cuarta plaza.

La situación del club tampoco ayuda. La entidad vive días de convulsión con la inminente dimisión de la directiva y la más que probable marcha de Louis Van Gaal. El capitán intentó ayer desmarcarse de todos los movimientos que está dando la junta y la oposición y aseguró que ni él ni Figo y Abelardo habían intentado desairar al presidente Núñez cuando le instaron a reparar la fractura del club tras la pañolada que vivieron el día de la semifinal europea ante el Valencia. "Quizás se nos entendió mal. No somos nadie para juzgar. Bastante tenemos con ganar partidos", se limitó a decir. Tampoco quiso luego atribuir la crispación anidada en el Barça a la forma en que fue despedido Johan Cruyff en 1996. "No creo que sea por eso", dijo discrepando de la teoría que sostienen muchos sectores del club. "Tanto Cruyff como Núñez han hecho cosas buenísimas por este club y todo el mundo debería poder marcharse de acuerdo a lo que han dado".