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Un joven hiere de bala a dos vigilantes de seguridad de un club de alterne de Bilbao

El País

Los dos vigilantes de seguridad que custodiaban la entrada al club Acrópolis, el primer local de Bilbao que consiguió licencia municipal para ejercer legalmente la prostitución, resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, por disparos de bala, en un incidente registrado al filo de las cuatro de la madrugada de ayer. El presunto autor de los disparos, un joven de 27 años con domicilio en Bilbao, identificado con las iniciales M. F. P., se entregó minutos después de tirotear a los vigilantes en la comisaría de la Ertzaintza de la plaza Zabalburu, a 300 metros del lugar del suceso.

El club nocturno Acrópolis está ubicado en Particular de Costa, en el centro de Bilbao, una calle sin salida de apenas un centenar de metros, que arranca en perpendicular de General Concha, el eje alrededor del que en los últimos años han proliferado los locales de alterne en medio de las protestas de los vecinos. El tiroteo se registró poco antes de las cuatro de la madrugada de ayer, según precisó el relato de los hechos realizado por la Ertzaintza, y fue realizado con una pistola. El impacto de varias balas era ayer visible en la acera y la calzada, frente al establecimiento.

Los disparos hirieron a los dos vigilantes que en ese momento prestaban sus servicios en el club de alterne. Uno de ellos sufrió heridas en el torso y la cabeza, al ser blanco de tres balas. Quedó ingresado en el Hospital de Cruces con pronóstico grave.

Intervención quirúrgica

Su compañero sólo fue alcanzado en el brazo izquierdo. El equipo médico que le atendió en el Hospital de Basurto emitió a primera hora de la tarde de ayer un comunicado en el que explicó que el paciente se encontraba "estable y pendiente de intervención quirúrgica".

El presunto autor de los disparos optó por acudir voluntariamente poco después a la comisaría de la Ertzaintza más cercana al lugar de los hechos, la situada en la plaza Zabalburu. En esas dependencias policiales, el joven fue interrogado durante varias horas.

Sin embargo, la policía no explicó ayer ni las circunstancias concretas en las que se produjo la agresión contra los porteros del local ni las motivaciones que empujaron al detenido a disparar contra ellos. M.F. P. permanecía ayer por la tarde detenido en la comisaría.

El club nocturno Acrópolis fue el primer local de Bilbao que consiguió, el pasado mes de febrero, la autorización municipal para el ejercicio de la prostitución.

El Ayuntamiento de la capital vizcaína aprobó en octubre de 1998 una ordenanza para regular la ubicación y las prestaciones que debían ofrecer los locales de la ciudad en los que se ejerciera la prostitución y cubrir un vacío legal que de hecho permitía la existencia de burdeles con simples licencias de cafetería.

Esta medida surgió de la presión vecinal organizada desde seis años antes contra la proliferación de establecimientos de alterne en la capital vizcaína y la alarma que estaba causando su concentración en determinadas zonas, especialmente en la zona cercana a la plaza de toros de Vista Alegre, alrededor de la calle General Concha. La promulgación de la noma no contentó, sin embargo, a los vecinos.

La normativa municipal de Bilbao fue la primera que se puso en marcha en España para regular la prostitución. A partir de su aprobación, los establecimientos deben tener para ejercerla una licencia, concedida por el Área de Urbanismo. La ordenanza establece que los locales han de estar separados entre sí por, al menos, 200 metros. También se exije la medida mínima de 12 metros cuadrados para las habitaciones en las que se ofrecieran servicios sexuales, y la obligatoriedad de contar con un aseo con paredes alicatadas y dotado de lavabo y ducha o bidé. La ordenanza fija la condición de tener mobiliarios de fácil limpieza y desinfección y detalla que las saunas y las bañeras de deben contar con sistemas de filtración y estar dotadas de un proceso automático de control del desinfectante.

En el momento de su aprobación ni uno sólo de los locales en los que se ejerció la prostitución en Bilbao cumplía con las exigencias de la normativa municipal. El Acrópolis se adelantó a la competencia y, al ser el primero con la licencia, empezó a marcar el punto desde donde medir la distancia mínima de 200 metros para la legalización del resto de establecimientos.

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