El 87% de los informes del Consejo Económico fracasa por la falta de acuerdo de sus miembros
El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Javier Mongelos, dibujó ayer un futuro muy sombrío para este órgano independiente consultivo del Gobierno, aunque fiscalizado por el Parlamento, si no modifica el reglamento que rige su toma de decisiones. En la actualidad, algunos grupos del CES tienen capacidad de veto, lo que impide la aprobación de la mayoría de los informes y da lugar a "decisiones no democráticas", según expuso en la Cámara Mongelos, que este mes concluye su mandato. Desde 1996, sólo ha podido sacar adelante 7 de 58 dictámenes.
Mongelos compareció ayer ante la Comisión de Trabajo del Parlamento vasco para realizar un balance de su mandato, que comenzó en 1995. El nuevo Consejo celebrará su primera reunión a finales de este mes y, si no hay imprevistos, el presidente será propuesto por la patronal (cada mandato elige al candidato uno de los grupos que integran el Consejo) y el resto dará su aprobación. En la hora del adiós, Mongelos no escatimó críticas al modelo de funcionamiento por el que se rige el CES, un organismo creado para emitir dictámenes sobre las leyes y decretos aprobados por el Gobierno. Sus informes no son vinculantes. El Consejo está integrado por cuatro grupos con ocho miembros cada uno: sindicatos, patronal, mixto (que cuenta con representantes de cooperativas, universidades, entidades financieras, agricultores, etcétera), y expertos. Los tres primeros tienen derecho a voto y a veto. Con que uno de estos grupos se oponga, es suficiente para que un dictamen no salga adelante. Además, dentro de cada grupo basta con que la mitad del mismo, es decir, cuatro personas, rechacen una propuesta para guardarla en el cajón sin que ni siquiera se pueda debatir. De los 58 dictámentes elaborados a petición del Gobierno, sólo 7 (uno sobre la Ley del Taxi y seis sobre otros tantos decretos) han visto la luz. Otros 10 han quedado pendientes y 43 no han sido dictaminados por falta de acuerdo.
Ante esta situación, Mongelos advirtió a los parlamentarios de que resulta "muy complicado" que el CES pueda cumplir la misión para la que fue creado y pidió al Gobierno vasco que modifique la ley de forma que se elimine ese derecho de veto para que las decisiones se puedan tomar por mayoría, tal y como ocurre con el resto de organismos de este tipo que funcionan en España y en Europa. En Francia, por ejemplo, cada uno de los grupos que integran estos consejos informan sobre un determinado proyecto elaborado por el Gobierno, sin que se produzca ninguna votación. Así, los que han redactado el proyecto sabe lo que opina cada uno, sea sindicato o patronal, señaló Mongelos.
Las críticas y las sugerencias del presidente del CES calaron entre los grupos parlamentarios. El portavoz del PNV en la comisión, Joseba Arregi, aseguró que "hay que tomar muy en serio" los planteamientos de Mongelos. "La situación es preocupante y penosa. La obligación del legislador es modificar la ley para que organismos como el CES puedan funcionar sin problemas", resaltó Arregi.
Envió de los dictámenes
De esta forma, el parlamentario peneuvista solicitó al presidente del CES que envíe al Parlamento todos los dictámentes que no fueron aprobados en su momento y detalle los grupos que ejercieron el veto.
Para el representante del Partido Popular, Fernando Maura, es preciso modificar cuanto antes la ley de creación del CES (que ya ha sufrido variaciones en otras ocasiones) y recordó que en su momento, el ex consejero de Trabajo Ramón Jáuregui, ya planteó la conveniencia de aprobar un cambio. "A este paso, el CES va a tener que cerrar por inactividad", auguró el parlamentario popular.
El CES fue creado en 1984 al aprobar el Parlamento el proyecto de ley elaborado por el Gobierno para regular su funcionamiento. Sin embargo, hasta 1995 ha permanecido inactivo debido a los numerosos problemas que han jalonado la aprobación de los reglamentos y las normas que permiten su funcionamiento.
En 1997, se aprobó una modificación de la ley de creación del CES, cuando Jáuregui era el titular de la consejería de Trabajo, que parecía desbloquear la situación, pero no ha funcionado. "El Consejo realiza un esfuerzo frustrante", se lamentó Javier Mongelos.
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