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El niño asesinado en Londres será enterrado en Galicia

Isabel Ferrer

Con el informe forense a punto de concluir, la familia de D. P. V., el niño español asesinado en Londres el pasado domingo por un pederasta, ha decidido repatriar el cadáver para darle sepultura en la localidad gallega de Pontedeume. A pesar de que los padres están separados y de que las dos hermanas mayores del chico, Natalia y Carolina Piñeiro Villar, de 30 y 26 años, respectivamente, no se hablan desde hace años con su madre, Ángeles Villar, el acuerdo de devolver al niño a España ha sido unánime. El traslado no será posible hasta dentro de una semana por lo menos, un tenso compás de espera aprovechado ayer por las dos hermanas y su padre, José María Piñeiro Fernández, de 52 años, para convocar una conferencia de prensa donde aseguraron que ignoraban el peligro corrido por el niño porque se les ha marginado en esta tragedia. Tanto ellos como la tía materna, María Teresa Villar, sostienen que D. llevaba una vida errante y estaba descuidado por su madre. En manos de su compañero sentimental, un camarero español con un horario intensivo, el asalto de Edward Alexander Crowley, Alex, acusado del asesinato, era cuestión de tiempo.

Contrariamente a la madre, que poco después del crimen criticó a la policía londinense por no avisarla de la puesta en libertad del desequilibrado, las hermanas y el padre aseguran que ésta supo en todo momento el paradero de Alex. "Los agentes la llamaron cuando lo iban a soltar y por eso D. llevaba un móvil. Pero ella seguía en España, donde ha estado los últimos cinco meses mientras la vida de nuestro hermano peligraba", dijeron las hermanas.

El relato de esta parte de la familia, que ha pedido "un castigo" para la madre por desatender al pequeño, pone de manifiesto la deteriorada situación doméstica en que estaba inmerso el menor. Ángeles Villar ha reconocido que su chico recibió del pederasta una grabadora de regalo y por eso alertó a la policía. Sus hijas dijeron ayer que Alex sabía el número de teléfono de la casa del niño, "y hasta le había llevado a la piscina en alguna ocasión".

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