_
_
_
_

Un ajuste de cuentas con el oligarca rebelde

De ser Borís Berezovski el magnate atacado ayer habría podido interpretarse que Vladímir Putin empezaba a cumplir su promesa de combatir la corrupción y eliminar a los oligarcas como clase fundida con el poder. Sin embargo, al tratarse de Vladímir Gusinski, el único que se había atrevido a plantarle cara, aunque tampoco de forma abierta, resulta más verosímil la hipótesis de un ajuste de cuentas.Portavoces de la fiscalía general y del FSB insistían al caer la noche en que no hay que buscarle tres pies al gato, porque lo único que existe es una investigación en marcha sobre delitos como escuchas ilegales y violación de la correspondencia.

Pero Rusia no es EE UU, donde minucias como ésas pueden hacer caer a un presidente, sino un país consumido por la corrupción a todos los niveles, en el que cuesta creer que se asalte un imperio mediático sin que lo sepa el Kremlin.

Al grupo Most le falta algo esencial para poder ser auténticamente independiente: unas finanzas saneadas. Para hacer frente al pago de un crédito de casi 40.000 millones de pesetas con un banco norteamericano, Gusinski tuvo que recurrir a Gazprom, el monopolio del gas, próximo al poder, que no tardó en exigir un cambio de rumbo en la NTV y, más tarde, la devolución de su dinero.

Para salir del apuro, Gusinski quiso vender el Banco Most. Cuando la operación estaba a punto de cerrarse, Vladímir Voloshin, que encabeza aún la Administración presidencial, intentó impedirla con una llamada a Víktor Geráshenko, jefe del Banco Central, el comprador. No lo logró. Poco después volvía a sonar el teléfono, y esta vez era Putin. La venta se frustró. El líder del Kremlin lleva las de ganar. Su capacidad de presión va mucho más allá de lo que demuestra el asalto de ayer. Las licencias de la cadena de televisión NTV o de la radio Eco de Moscú pueden correr peligro si Gusinski no se somete. Falta por saber si Putin, que tanto habla de libertad y democracia, está dispuesto a convertir ambos conceptos en papel mojado por la vía rápida.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_