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LIBROS

Una poesía sin concesiones

El reencuentro con la poesía es una de las pocas pero verdaderas heterodoxias que se pueden practicar en un tiempo indecente como el nuestro. Y si la poesía alcanza el rigor, la voluntad esencial, de libros como El baile de los cojos, la experiencia se justifica por sí misma. Autor, por el momento, de un solo libro de poemas, Javier Alcibar (Bilbao, 1962) ha ido incubando este volumen a lo largo de muchos años, adelgazando los poemas, pero cargándolos al mismo tiempo de significado.El baile de los cojos, poemario inusualmente extenso para los tiempos que corren, representa una apuesta formal rigurosa y exigente; recoge los mejores hallazgos de la poesía visual, aunque sólo los utiliza cuando el sentido profundo del poema lo requiere; utiliza un lenguaje llano, en la seguridad de que la auténtica poesía no necesita instalarse en el hermetismo gratuito; pero, sobre todo, aborda la condición humana con una crueldad y una ternura insobornables. Es una lente implacable la que aplica el autor sobre la vida, un detector de secretas sensaciones interiores que sigue resonando, después de unos pocos versos, en los vastos espacios de página que han permanecido en blanco.

La economía verbal se revela en este libro como un principio fundamental de estilo, pero la virtud de Alcibar reside precisamente en aplicarla a las necesidades de su propia visión literaria, en multiplicar los mensajes (los equívocos mensajes de la literatura) que inspira cada uno de sus poemas. El autor enriquece los significantes con una mínima inversión en palabras y logra, al mismo tiempo, la máxima potencia expresiva. El baile de los cojos supone una apuesta literaria infrecuente hoy en día, una apuesta donde la autoexigencia formal sintoniza plenamente con una percepción despiadada de la naturaleza humana. Se trata de una visión implacable, dolorida, por momentos desesperada, de esa geografía interior que nos va inspirando la vida a partir de sus numerosos accidentes, una posición clara y contundente frente a un momento de la historia en que el ser humano ha vuelto a quedarse a solas consigo mismo: "Busco respuestas redondas / como panes. / Encuentro preguntas duras / como piedras".

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