De mayor quiero ser... artista
Chiste. Época franquista. Un hombre que se fue a Madrid en sus años mozos a ganarse la vida, se topa en Gran Vía con un amigo de la infancia y le pregunta cómo está el pueblo. "Hay mucha hambre", le cuenta. "Eso está bien, que haya apetito", replica el otro. El público estalla en carcajadas y aplaude. Lourdes Barrera no es cuentista profesional, sino uno de los 40 participantes que se han apuntado al concurso de artistas mayores de 55 años organizado por el Ayuntamiento de Málaga dentro de la VI Semana del Mayor. A sus 63 años, ha roto esquemas: ha dejado a su marido cuidando al nieto para poder participar en la convocatoria.
El casting sigue. Una mujer recita Elegía, de Miguel Hernández. Los nervios le juegan una mala pasada y se queda en blanco. Los espectadores se aburren. Entonces llega María Jesús Arbizu, una madrileña de 56 años, que no sólo imita, sino que es la doble de Lina Morgan. Se mueve, habla y se acomoda la delantera como ella. A tenor de los bravos que se oyen tras su actuación, queda claro que ha gustado más que los versos del poeta alicantino. Dice que la idea del Ayuntamiento de organizar una semana para la tercera edad está muy bien. "Así tendré actividades para cuando sea mayor, porque ahora soy muy joven", aclara.
Después de seis ediciones, la Semana del Mayor es un evento consolidado en Málaga. Además del concurso de artistas, hay certámenes de pintura, cocina, fotografía y petanca. Bernardo Rosa, de 77 años, no sólo felicita al ayuntamiento por la iniciativa, sino que se encarga de dejar bien claro que los mayores tienen "cierta autoridad" a la hora de organizar las actividades.
En eso Paqui Vázquez (62) acaba su interpretación. Ha cantado copla, ranchera y flamenco. Dice que en su casa "canturrea", pero ante el jurado demuestra una fuerza casi, casi profesional. Esta nerviosa. Le han dicho que el día de la preselección tiene que vestirse con un traje diferente por apartado. "¿Y de dónde voy a conseguir yo tres trajes?", se pregunta. "Tú los consigues, no te preocupes", la tranquilizan sus amigas de la asociación de amas de casa que se han apuntado en pandilla. Miguelina Pastor (64) ha metido a casi todas las integrantes de la ejecutiva en este berenjenal. "Pero ella no se sube al escenario porque es la manager", bromean las demás.
Los participantes aclaran que no les mueven tanto los premios -de 30.000 a 50.000 pesetas- como el hecho de pasar un rato agradable. No cabe duda que lo consiguen. María Remedios Luque muestra sus habilidades para sacudirse con el mambo. Lleva una falda de tablas y cuando el ritmo aprieta no tiene ningún empacho en mostrar las piernas más allá del nivel adecuado para una señora de su edad. La mayoría no parece muy preocupada por las formas y no se corta a la hora de dramatizar ante el medio centenar de espectadores.
"Ésa no tiene 55 años" cuchichean dos mujeres de la segunda fila. "Ésa" es Carmen Colmena, y aunque tenga cuerpo de treintañera, suma la edad justa para participar. Tal vez mantiene el tipo a fuerza de tango y pasodoble, el número con el que compite. Un miembro del jurado pregunta a los concursantes si tienen traje para la preselección. Queda la duda de qué pasará con los que tengan madera de artista pero no ropa.
Fuera espera su turno Joaquín Rico, trovador que a sus 76 años improvisa versos en un periquete. Tiene el rostro curtido y viste con aire de pueblo. Está operado de laringe, así que no sabe cómo podrá demostrar lo que es capaz de hacer, pero como los demás, no ha querido perderse la oportunidad de pasar un rato a gusto.
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