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Discriminadas desde la cuna

Isabel Ferrer

Las gemelas Danielle y Emma son apenas unos bebés de seis meses, pero su corta vida ha experimentado ya más cambios que la de todos los adultos involucrados en su nacimiento. Concebidas por encargo de un italiano y su esposa, de nacionalidad portuguesa, residentes en Francia, y traídas al mundo por Claire Austin, una madre de alquiler británica, las hermanas han acabado en el hogar estadounidense de una pareja de lesbianas, Tracey Stern y Julia Salazar, que están a punto de adoptarlas.La situación habría pasado tal vez inadvertida de no ser por dos significativos detalles. El matrimonio que organizó el contrato de subrogación maternal utilizó óvulos y semen de donantes anónimos y luego se desentendió de las pequeñas en cuanto supo su sexo. Preferían varones. Al perder el contacto con las niñas, Austin, que figurará en el registro como madre legal hasta que la adopción sea firme, ha filtrado el caso a la prensa del Reino Unido. Según ella, Stern y Salazar no parecen dispuestas a correr con los gastos hospitalarios, que rondan los siete millones de pesetas, a pesar de que dio a luz en un hospital de Estados Unidos.

Muy confusa por lo sucedido, Claire Austin asegura que la pareja que está a punto de adoptar a las pequeñas accedió a mantener una cierta relación en beneficio de las gemelas. Una vez les fueron entregadas, la madre de alquiler asegura que no volvió a saber nada más del cuarteto. "Después de todo lo que he pasado, mis opiniones acerca de la maternidad de alquiler son bien distintas. Cuando se trata de un acuerdo puramente comercial entre desconocidos, los niños son tratados como bienes de consumo. La madre alquilada es apartada y nadie piensa que los recién nacidos puedan interesarse por su identidad", ha señalado, para añadir luego algo mucho más amargo. En su opinión, muchas de las parejas que recurren a este tipo de paternidad "odian a las madres por encargo, porque su fertilidad les hace sentirse inferiores".

A pesar de que las gemelas no son genéticamente suyas, esta madre biológica de dos hijos propios se considera algo más que un útero de alquiler. Cuando el matrimonio original había obtenido casi todo lo que buscaba -semen de un donante estadounidense comprado en Copenhague, un óvulo británico y un ginecólogo griego con la consulta en Atenas-, preguntaron por el sexo de los embriones. Embarazada ya de cinco meses, Claire Austin, de 33 años, recibió la orden de abortar. "Entonces supe que querían un par de chicos". Poco dispuesta a interrumpir la gestación, dijo que sí, que abortaría, al tiempo que buscaba unos padres adoptivos para sus gemelas. Después de muchas pesquisas, la asociación de Los Ángeles Growing Generations le dijo que Tracey Stern, guionista de series televisivas como Urgencias, y Julia Salazar, una pareja de lesbianas con una relación estable, estaban interesadas. Roto el contacto con el matrimonio inicial, Austin viajó a Estados Unidos para conocerlas. Poco después del parto les cedió a Emma y Danielle y las tres mujeres acordaron seguir en contacto.

La madre de alquiler lamenta ahora que la pareja adoptiva la haya olvidado tan pronto, mientras ésta muestra su asombro ante las peticiones de una extranjera a la que sacaron de un apuro. La cuenta del hospital que les es reclamada y no cubre el seguro médico de la madre de alquiler tampoco ha podido ser discutida, según Claire Austin.

Rayano en lo inverosímil, el caso ha sido criticado con ardor por Robert Winston, el experto en fertilización más prestigioso del Reino Unido. Para él, revela el aspecto más lúgubre de los contratos de subrogación maternal, porque los niños han sido tratados como si no fueran seres humanos, "sino productos de consumo". La suerte de las gemelas preocupa también al Centro para la Fertilización y Embriología Humanas, organismo oficial encargado de regular todos los aspectos reproductivos en el Reino Unido. Según sus portavoces, supervisar este tipo de maternidad resulta difícil y delicado.

Toleradas en el Reino Unido, las madres de alquiler pueden prestarse a tener hijos para parejas estériles siempre que no sea sólo por dinero. Para evitar problemas mayores, la legislación vigente considera madre legal a la que da a luz. Incluso si los recién nacidos son hijos genéticos de la pareja que le pidió ayuda. Ésta última debe adoptarlos para hacerse cargo de los mismos. A Claire Austin le ha servido de poco dicha salvaguardia.

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