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Un niño español, asesinado en Londres por un hombre que le acosaba

Isabel Ferrer

La policía británica interroga desde ayer a un varón de 52 años arrestado en pleno centro de Londres tras haber asesinado a puñaladas, supuestamente, a D.P.V., un niño español de 12 años. El detenido llevaba algún tiempo acosando al menor y los agentes no descartan que se trate de un crimen sexual. En una ocasión, el chico entró corriendo en el colegio Cañada Blanch de la ciudad, donde cursaba sexto de primaria, diciendo que le perseguía un sujeto. Otro día, las paredes cercanas al centro aparecieron cubiertas de pintadas alusivas a la supuesta pasión que el menor despertaba en el agresor. El consulado español esperaba anoche instrucciones de los padres del niño, J.M.P. y M.Á.V., que están separados, para el caso de que el cadáver deba ser repatriado a España. El padre vive en Betanzos (A Coruña) y la madre en Londres con su segundo marido, J.V., informa Xosé Manuel Pereiro.

El crimen ocurrió a última hora de la tarde del domingo en el barrio de Covent Garden, en pleno centro de la capital británica. D.P., originario de Pontedeume (A Coruña), iba acompañado de su hermanastro, R.V., de 15 años, cuando se les abalanzó un hombre blandiendo un puñal. Según testigos presenciales, los chicos iban paseando y todo sucedió muy deprisa. La pronta reacción de varios transeúntes hizo posible retener y desarmar al asaltante, pero las heridas resultaron mortales. Su hermano R. intentó defender a D. y resultó también herido de consideración.

El comandante de la policía londinense Michael Fuller no reveló ayer la identidad del agresor, que tiene antecedentes penales y ha estado en la cárcel.

La policía británica, al tratarse de un menor, evita dar demasiadas pistas para preservar su intimidad. El menor apuñalado residía en el londinense barrio del Soho con su hermano, su padrastro y su madre, M.Á.V., aunque ésta no se encontraba en la ciudad en el momento en que ocurrió el crimen.

Mientras los agentes tratan de reconstruir los hechos en busca de un motivo, el colegio Cañada Blanch intentaba digerir la pérdida de uno de sus alumnos. Sus compañeros de clase estaban ayer conmocionados, al igual que la dirección y los docentes, que intentarán explicar hoy, clase por clase, lo sucedido.

Denuncias previas

El centro había puesto en conocimiento de la policía el acoso a que era sometido D.P. por parte del agresor. Una mañana, antes incluso de que se abriera la puerta, el chico había conseguido entrar con un amigo huyendo de un varón que les perseguía. Ambos estaban muy asustados y la policía londinense fue alertada. Otro día, toda la comunidad escolar pudo leer las pintadas aparecidas junto a la escuela donde alguien había escrito cosas parecidas a "Mi querido hombre latino" y "Mi amor".

Aún otra vez, uno de los profesores contempló una escena que le causó desasosiego junto a una parada de autobús y que tenía como protagonista al mismo desconocido que seguía al menor contra su voluntad.

Pero quizá el incidente más perturbador fuera el ocurrido un día al terminar las clases. El sujeto en cuestión se presentó con intención de recoger a D. como si fuera su padre. El colegio llamó a su familia y no le dejó salir hasta que llegaron a buscarle. Aunque ningún docente quiso hacer declaraciones formales anoche, un esbozo de la personalidad del alumno muerto revela a un chico "normal y corriente que tenía algunos buenos amigos y era algo reservado".

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