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Entrevista:FERIA DE ABRILR. Z. LICENCIADA EN EXACTAS Y EN SITUACIÓN DE PARO

"Siempre tiene que haber un hada madrina"

R. Z. (Lima, 1959) vive en Barcelona desde 1988. Es licenciada en Ciencias Exactas y está buscando trabajo.Pregunta. ¿Es usual que una mujer emigrada con título no encuentre trabajo cualificado según su formación?

Respuesta. Es más difícil para la mujer que para el hombre. Quizá por demanda laboral. Mi marido, técnico, ha encontrado trabajo en su ramo, aunque de un nivel inferior. En general, detecto cierto prejuicio. Nos miran por debajo. Tengo un buen currículo. Lo ven, te dicen que muy bien y, luego, "¡uy, peruano!". Si fuera alemana no me pasaría eso. La última ola de emigrantes que ha venido es gente muy cualificada. Y no se ha preparado el terreno, de manera que se te envía hacia trabajos bajos. A un emigrante no se le brinda preparación para integrarse, para conocer la sociedad y sus reglas. Los cursos de formación, por ejemplo, no están orientados hacia él, de manera que un emigrante, lo primero que debe hacer es esforzarse por su cuenta para conocer la mentalidad de la gente de aquí.

P. ¿Y cuál percibió que era la mentalidad de aquí?

R. He seguido cursos organizados por el Ayuntamiento y la Generalitat. En el curso tienes que pelear mucho por ser latina y demostrar que eres buena. O incluso que eres mejor. Por ejemplo, al principio de cada curso nadie quería formar grupo conmigo. Por otra parte he detectado que si no eres catalana todo el mundo te pide disculpas cuando hablan catalán ante ti. Ahora ya lo hablo.

P. ¿Percibió que la lengua era un factor diferenciador importante?

R. La lengua aquí no es un determinante social, pero sí que lo es en el trabajo. Trabajé para una ONG en la que todo el mundo hablaba catalán. Cuando empecé a demostrar que hacía un buen trabajo, la gente empezó a hablarme en castellano. Tomo clases de catalán, que es mi gran prioridad. En mis clases tengo compañeros de toda España. Se esfuerzan porque si no, no encontrarán trabajo.

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P. ¿Detectó un sustrato de una emigración interior y anterior?

R. Detecto una forma especial de ser en los catalanes catalanes. Hay algo de círculo cerrado y resulta difícil establecer una conversación amistosa e informal. Antes de abrirse, te tienen en observación un periodo. Y siempre se sorprenden cuando te presentas como peruana. Nadie se lo cree.

P. ¿Ha detectado en esta sociedad cierto discurso igualitario? ¿Es un discurso vacío?

R. La gente se preocupa mucho por la apariencia. Y en lo que más se fijan es en la apariencia. Por ejemplo, una cosa con la que te encuentras mucho es la frase: 'Ustedes los latinos son lentos'. Claro, somos lentos porque reaccionamos para dar una solución. Cuando un español reacciona, lo acostumbra a hacer sin solución, impulsivamente. He percibido que el catalán es diferente, pongamos, al andaluz. El catalán no te ofrece de inmediato las cosas. En otros sitios te lo ofrecen todo muy rápido, pero no sé si te lo cumplen. Si accedes al círculo catalán y demuestras tu valía, no se te diferencia. Algo normal en el Sur. En el Sur, la gente siempre prefiere a su gente.

P. ¿Y cómo se entra en ese círculo catalán?

R. He tenido que estudiar la historia y la lengua. Y tienes que tener suerte. Siempre tiene que haber un hada madrina; si no...

P. ¿Detecta a esta sociedad preparada para recibir una oleada masiva de emigración extracomunitaria?

R. Hay un algo hecho. Faltan dos cosas. La formación del emigrante, orientada a una adaptación cultural, y que el prejuicio ante la gente emigrante se rompa. Y supongo que sólo se puede romper gracias a la formación del emigrante. Supongo que la clave es, pues, la formación.

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