La lluvia embriaga el Real

Llovía ayer a chaparrones intercalados sobre el Real de la Feria y a la vez brillaba el sol. El efecto era embriagador, casi mágico. Los reflejos de la luz a través del agua potenciaban los riesgos fantaseadores del vino. Destellos cromáticos que embelesaban e incrementaban la explosión de colores que desprende la composición de la Feria de Abril. La lluvia no dejo en casa a los miles de visitantes que buscaron sus minutos de protagonismo a base de taconeos sobre el tablado de alguna de las casetas o que paseaban por las calles en busca de un recuerdo. Eso sí, no hubo presencia masiva de famosos ni grandes personalidades. Las celebridades se fueron a descansar, que ya llevamos demasiados días de jarana, y dejaron espacio en el albero a los simples mortales. Su falta no evitó las aglomeraciones. Hubo rumores en todos los corrillos que ponían a los actores Bruce Willis y Antonio Banderas o al cantante Luis Miguel de paseíllo por el Real. Que se sepa, la única personalidad que estuvo ayer en Sevilla fue el secretariable del PSOE, José Bono.

La fiesta sevillana de abril entra en su recta final con éxito de público y sin incidentes, a pesar de sus detractores, que son más de los que parecen. Como ejemplo está el pregonero de la Semana Santa pasada, Joaquín Caro Romero, que no es que esté en contra pero es que no la vive. Se pasó por el Real porque las Hermandades estaban invitadas a la caseta municipal, que sino ni en pintura. Prototipo de antiferiante donde los haya.

Pero es que la Feria va cada año a más. Se rompen todos los récords y este año se aspira a conseguir la marca de dos millones de kilos de basura recogidas. Un resultado surrealista en una prueba donde el exceso se considera una virtud.

Y esto no hay quien lo pare. Al alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, le pesan las 600 peticiones existentes para la concesión de una caseta. Una lista que cada año va engordando. El regente de la ciudad ve muy costoso la ampliación del recinto ferial. Alternativa, que a su entender, no resolvería la alta demanda existente. Monteseirín apuntó como probable solución el traslado a otra zona de la ciudad. La cosa está difícil, sobre todo si hay que buscar espacio para la Villa Olímpica, el compromiso de Tablada y demás.

Podrían acercarla a las tres mil viviendas. Barrio sevillano ganado por el olvido y los problemas que es cuna de artistas del flamenco. Muchos de ellos estrellas diarias sin ínfulas. Como las niñas gitanas de Savia Nueva, Noemi y Tere, de 10 y 11 años que con su cante se ganaron al público de la caseta de Fiestas Mayores. Un cantaor de prestigio como Pansequito no pudo evitar pararse ante el encanto infantil. Las niñas fueron el punto de atención efímero, como este paraíso diletante y temporal que es la Feria, de la caseta municipal. El lunes vuelven al barrio y sus consecuencias.

Las dos niñas son la imagen real del nuevo espectáculo del bailarín, Antonio Canales, Cenicienta, que presentó ayer en la Feria. Un cuento que es como la vida misma, aunque el final para los terrenales es peor que lo que marca la imaginación.

Ya no hay tiempo para fantasías. Se acerca el final de la Feria más larga. Se acaba el placido delirio.