Cómo no perder el apego a los tebeos

Uno de los discursos generalizados en el tradicional sector del cómic, ámbito en el que se pueden incluir algunos articulistas del medio, editores, guionistas y dibujantes, es que la historieta agoniza. Este concepto, que suele repetirse en las depresivas apariciones de la historieta en los medios de comunicación, puede ser cierto a ojos de los que defienden esta tesis. Pero no es menos verdad que todo aquel que sienta el mínimo interés por acercarse a una librería especializada puede seguir experimentando la sorpresa de lo nuevo. Decía el dibujante uruguayo-argentino Alberto Breccia en el cénit de su vida y su carrera que la historieta aún tenía mucho que decir. La aparición de algunas novedades así nos lo confirma.Si tomamos como barómetro de la calidad actual las obras propuestas para los premios del Salón, escogidas entre los profesionales del medio de entre todas las publicadas en España en 1999, podemos comprobar que en el caso de que la crisis afecte al sector, no lo hace en el aspecto creativo. Todos los títulos que optan a la mejor obra extranjera son razones de peso para no perder el apego a la historieta.

Juego de Manos (Ediciones La Cúpula), de Jason Lutes, es una cruda y a la vez tierna historia sobre un mago al que se le desvanece la ilusión de la magia, que es tanto como perderse a sí mismo. Daniel Clowes, con Bola ocho, ofrece una inteligente y sarcástica mirada al mundo contemporáneo. Con el atrevimiento de otorgarle la calificación de obra maestra, 300 (Norma Editorial), de Frank Miller, es la más rotunda propuesta que el cómic estadounidense ha ofrecido en los últimos años. Miller, con grandilocuencia pictórica, relata la batalla de las Termópilas, un tema que el propio Breccia había tratado también magistralmente en su serie Mort Cinder. En Por qué odio Saturno (Norma Editorial) los problemas existenciales y de relación son el hilo de la extensa narración. Finalmente, Bone (Dude Comics), de Jeff Smith, invitado a Barcelona por el Salón, ofrece una alternativa al relato de consumo con unas historias que entremezclan diversos géneros.

En el ámbito de la creación española, la oferta no desmerece y nos ofrece la posibilidad de distintas vías de acceso a la lectura de los cómics. En Para ti que eres joven (Ediciones El Jueves), que opta a mejor obra y mejor guión, Monteys y Fontdevila nos muestran cómo el humor sigue siendo una baza fuerte en el mundo de la historieta. Ambos autores son herederos actuales de una larga tradición de humor costumbrista que encuentra sus mejores pretextos en los acontecimientos del día a día. Lo mismo se podría decir, con un acento más ácido, de Mauro, cuya obra Alter Ego 2 compite por el mejor guión. En una línea de nuevas corrientes estéticas se presenta Heptámeron (mejor obra), de Maria Colino, y Simple (mejor obra y mejor guión), de Silvestre. Ambas obras han sido editadas por la editorial independiente Edicions de Ponent. También con posibilidad de resultar ganador en las categorías de mejor obra y mejor guión se presenta Paracuellos 3, tercera parte la serie rotunda de Carlos Giménez. Este autor resume todo el momento previo de eclosión y de desarrollo del llamado cómic de autor. Y además sigue en la brecha. Un caso curioso es Álex Fito, que además de optar a mejor obra y mejor guión por Raspa Kids (Medio Muerto) también está propuesto para la categoría de autor revelación junto a Calo, Chema García, Paco Alcázar y Ricardo Peregrina.

Para el que crea que todo está dicho en la historieta, los jóvenes valores presentan sus historietas gracias al activo mundo de la edición de fanzine. En esta edición están propuestos Amaníaco, Como vacas mirando al tren, El puñalito, Idiota y diminuto y TMEO.

También en esta edición se inaugura una nueva modalidad de votación que reproduce el mismo sistema utilizado para las candidaturas en la ronda para el ganador final; es decir, que es todo el sector profesional el que decide los ganadores.