El diario 'Libération' está en venta tras el anuncio de retirada parcial de su principal accionista

El diario francés Libération está en venta. Su principal accionista, Jérôme Seydoux -presidente del grupo Pathé-, ha hecho saber que desea recuperar el dinero prestado a Libé hace cinco años y desprenderse de una parte de sus acciones en el periódico, que representan dos tercios del total. Seydoux ya ha confirmado en público que desea retirarse parcialmente del accionariado de Libération, al tiempo que recuerda que el próximo mes de octubre vence la deuda de 72,5 millones de francos franceses (1.800 millones de pesetas) que el diario contrajo con el grupo Pathé en 1995.

Para el director general del periódico, Serge July, "no basta con sustituir con nuevos accionistas el 60,8% de Pathé, sino de encontrar socios que aporten a Libération los medios necesarios".

El periódico puede ser una pieza cotizada, máxime ahora que de su legendario izquierdismo no queda casi nada: apenas el ingenio descarado de sus titulares y juegos de palabras. Pero los trabajadores, que controlan un 26,8%, tienen un derecho prioritario sobre las acciones de Pathé, así como el derecho de veto respecto al nombramiento del director y un control sobre la venta de filiales y productos derivados, cuestiones que alejan a posibles inversores, entre los cuales se menciona a François Pinault, Pearson o la editora de La Tribune.

July confía en los resultados de los últimos años. "El de 1999 fue el mejor ejercicio económico de nuestra historia", al haber obtenido unos beneficios netos de 17,5 millones de francos para un volumen de negocio de 537,7 millones. Una estimación reciente valoraba el diario en más de 300 millones de francos, una cifra que no incluye las ediciones electrónicas y que parece constatar una indudable recuperación tras los años negros de 1995 y 1996. Pero las ventas permanecen estancadas en torno a los 170.000 ejemplares diarios -los mismos desde hace 15 años-, y para consolidar una nueva fórmula que incluya un suplemento capaz de engullir y aumentar el maná publicitario, el diario necesita fondos. Y Seydoux, que sólo piensa en términos de cine, televisión e Internet, precisa el dinero que tiene enterrado en Libération.