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Haider propone un referéndum en Austria contra las sanciones impuestas por la UE

El presidente del Gobierno regional de Carintia, el populista de derecha Jörg Haider, de 50 años, entregó ayer en Klagenfurt la presidencia del Partido Liberal (FPÖ), que acaudilló con gran éxito durante los últimos 14 años, a la vicecanciller del Gobierno federal de Austria, Susanne Riess-Passer, de 39 años. Haider aseguró estar dispuesto a "poner la mano en el fuego" por su sucesora. Tanto Haider como Riess-Passer atacaron con dureza en sus discursos, ante los delegados del 25º congreso del FPÖ, a los países de la Unión Europea (UE) por las sanciones contra Austria.

Los dos dirigentes del FPÖ exigen que se celebre en Austria un plebiscito para conocer la opinión del pueblo sobre las sanciones impuestas por la UE contra el país por la entrada en el Gobierno del partido derechista en coalición con los democristianos del Partido Popular (ÖVP).Algo menos de una hora duró el discurso de la nueva presidenta del FPÖ, Riess-Passer, interrumpido 54 veces por los aplausos de los 689 delegados al congreso. El de Haider casi llegó a la hora y media, con 72 interrupciones por aplausos. La nueva presidenta del FPÖ, Riess-Passer, resultó elegida con el 91,5% de votos, 7% en contra y el 1,5% de abstenciones. A pesar de la mayoría abrumadora y de las repetidas interrupciones de los discursos de los dos oradores principales, no se palpaba en el ambiente excesiva emoción, ni hubo tonos mitineros. Esperaba la llegada de Haider y los dirigentes del FPÖ a la entrada del recinto ferial de la capital de Carintia, donde se celebró el congreso, un grupo de 26 manifestantes de Klagenfurt que gritaban por altavoces y no cesaban de pitar con silbatos.

También amenizaba la espera una banda de música con abundante trompetería y mucho chis-pún que contrastaba con el montaje musical y de las más modernas técnicas publicitarias con que el congreso del FPÖ introdujo las intervenciones de sus dos máximos líderes. Con música de la película Rocky, se podía contemplar a un Haider escalador de cumbres colgado sobre el vacío, esquiador, patinador o corredor de maratón, o pronunciando frases decisivas en diversos momentos de su carrera política. En 14 años, Haider llevó al FPÖ desde menos del 5%, en 1986, a casi un 27% en las elecciones federales del pasado 3 de octubre, cuando se convirtió en la segunda fuerza política de Austria y se abrió las puertas del Gobierno federal en Viena.

Haider y Riess-Passer dejaron claro que no habrá fisuras entre ellos. La prensa austriaca ha puesto a Riess-Passer el mote de la cobra del rey, por la forma en que defiende a su caudillo Haider. "Querido Jörg, es difícil expresar lo que siento, pero siempre podrás confiar en mí", dijo ayer Riess-Passer, que prometió dar lo mejor de sí misma por el FPÖ. Coincidencia plena en el caudillo saliente y la nueva presidenta a la hora de analizar y condenar la postura de la UE hacia Austria. Acusó Riess-Passer a los socialdemócratas austriacos (SPÖ) de traición al país por haber desencadenado la ola de protestas europeas contra el actual Gobierno de la coalición derechista ÖVP-FPÖ. Según Riess-Passer, Austria es el país europeo que más asilados políticos acoge, donde no arden los centros de acogida de refugiados políticos ni campan por las calles bandas neonazis, ni se persigue a nadie, "nuestro único delito es no haber formado una coalición con los socialistas".

Tras el fracaso de los esfuerzos diplomáticos por levantar las sanciones de la UE contra Austria, Riess-Passer quiere un plebiscito sobre las sanciones para conocer la voluntad del pueblo austriaco. En su discurso, Haider insistió en esta idea y, en una paráfrasis de la histórica frase de La Pasionaria durante la guerra civil española, dijo: "Más vale desafiar el viento en contra a pie firme que hundirse de rodillas". Argumenta Haider que, con el plebiscito sobre las sanciones, un 60%, 70% u 80% de los austriacos se pronunciará en contra y entonces se verá si los rojos y verdes y el presidente federal Thomas Klestil tienen el valor de mantener su postura de ambigüedad sobre el tema.

[El Partido Socialdemócrata Austriaco (SPÖ), el más votado en las últimas elecciones y líder de la oposición, congregó en Viena con ocasión del Día del Trabajo a 100.000 manifestantes, más del doble que en 1999, que protestaron contra la política del Gobierno liberal-popular del canciller federal Wolfgang Schüssel, informa Efe].

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