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Alemania y Reino Unido vivieron una jornada marcada por la violencia

La jornada festivo-reivindicativa del Primero de Mayo se tiñó ayer de violencia en algunas capitales, especialmente en las ciudades alemanas de Hamburgo y Berlín, así como en Londres (Reino Unido). En Hamburgo se registraron decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, mientras en Londres la furia de algunos manifestantes descargó sobre un restaurante McDonald´s, que fue arrasado. En el resto de las grandes capitales hubo sólo incidentes aislados.

Hamburgo fue el escenario de los incidentes más violentos. En esa ciudad septentrional alemana, unos 500 manifestantes de izquierda, que habían realizado una marcha autorizada en la noche del 30 de abril, se transformaron en una masa incontrolada, que levantó barricadas, las prendió fuego, apedreó a la Policía y destrozó escaparates de comercios y bancos. Hasta bien entrada la madrugada, duraron las escaramuzas entre los agentes y los manifestantes, que pertenecían al sector denominado "autónomo", tal como se denomina en la jerga política alemana a los sectores orientados hacia ideas fragmentarias de carácter anarquista o comunista. En este sector militan cerca de 6.000 personas en Alemania, según datos de Interior.

La Policía respondió con mangueras de agua a presión. Un total de 21 agentes resultaron heridos, tres de los cuales tuvieron que ser hospitalizados. La policía detuvo temporalmente a 123 personas para proceder a su identificación y envió a diferentes comisarías a 112 de ellas.

Detenciones

En Berlín, la noche del 30 de abril al Primero de Mayo discurrió con relativa tranquilidad. La Policía practicó 140 detenciones en una manifestación de izquierdas, que no había sido autorizada, y cuyo objeto era entorpecer otra protesta, autorizada, de signo contrario.

La manifestación central del Primero de Mayo en Alemania tuvo ayer lugar en Hannover y fue presidida por el canciller Gerhard Schröder, y por los jefes de los sindicatos, Dieter Schulte, de la Confederación General de Sindicatos (DGB) y Roland Issen, del Sindicato de Empleados de Alemania (DAG).

En una manifestación vespertina en la misma ciudad se produjeron algunos heridos graves en enfrentamientos con la policía, según fuentes policiales.

En Londres, la erupción de violencia en la que degeneró una manifestación anticapitalista, acabó con el destrozo de un establecimiento de la cadena Mc Donald´s situado cerca de la Parlament Square. Los disturbios finalizaron con nueve policías heridos -uno de ellos de carácter grave- y 11 manifestantes detenidos. El primer ministro británico, Tony Blair, calificó a los manifestantes como "idiotas e indignos despreciables" por provocar los disturbios y desfigurar, además, una estatua del ex primer ministro Winston Churchill.

Durante todo el día, la Policía británica había tratado de controlar a los alrededor de 2.000 manifestantes que participaron en la denominada Guerrilla Jardinera, que llevó a cabo algunas acciones simbólicas en la capital reivindicando la vuelta a la naturaleza sembrando y plantando en algunas calles londinenses. También en Manchester se registraron incidentes aislados y cinco detenidos. En Zúrich (Suiza) hubo enfrentamientos con heridos leves.

También en los centros financieros de ciudades estadounidenses como Nueva York y Chicago hubo manifestaciones, sin incidentes relevantes pese a algunos conatos de violencia.

En Turquía, donde en años anteriores sí se registraron importantes enfrentamientos, la jornada discurrió con relativa calma, sólo alterada, a primeras horas del día por cinco explosiones de artefactos caseros en la capital, Estambul.

En otras ciudades del Viejo Continente, desde Cracovia (Polonia) -la Policía detuvo a 14 anarquistas- a Belgrado (Serbia), la fiesta se mezcló

vindicaciones políticas y económicas. Así sucedió también en Corea del Sur, donde los sindicatos centraron sus discursos en la defensa de la industria nacional del automóvil o en Japón, donde por primera vez, el ministro de Trabajo no asistió a la manifestación celebrada en Tokio, lo que provocó las críticas de los sindicatos.La manifestación celebrada en Moscú (Rusia), estuvo muy lejos de las grandes marchas de la época soviética.

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