Reverencias taurinas

,La tranquilidad del municipio almeriense de Ohanes, con sólo 811 habitantes, se ha visto transformada, un año más, en una multitudinaria atracción a cuenta de las fiestas patronales en honor a san Marcos. Alrededor de 5.000 personas se dieron cita ayer para contemplar la carrera de nueve astados por las calles del pueblo. Tal y como indica la tradición, que data desde el siglo XVII, el recorrido de los animales por el pueblo incluye que éstos hagan una reverencia ante el santo patrón en al menos ocho puntos clave especificados en el recorrido.

La hazaña, nada fácil de lograr habida cuenta de la flexión de un animal de bastante peso, es emprendida por grupos de hombres que se lanzan a los cuernos para doblegar la fuerza del astado. A la singular empresa, que juega con la voluntad de las reses, se une este año, por vez primera, la compatibilidad de estas fiestas con el título de Pueblo Ecológico, que el municipio ostenta desde mayo de 1999, expedido por AENOR.

Es labor de los cuatro mayordomos encargados de la organización de la carrera asegurarse de que los animales, encordados por la cabeza, no sufran ningún tipo de agresión. Por este motivo, los toros se relevan durante la carrera, que puede prolongarse durante cinco horas.

"Las fiestas se han mantenido con los años pero también se han hecho más complejas. Recuerdo cuando hace muchos años no había toros y los vecinos sacaban sus mulos o sus borricas detrás del santo", rememoraba una vecina. La jornada finaliza con la bendición de los animales en la plaza del pueblo y el reparto por parte de los mayordomos de roscos hechos a base de harina, huevo, aceite y levadura, también bendecidos, entre todos los concurrentes.

Entre carrera y carrera, la numerosas peñas venden gorras, camisetas y todo tipo de accesorios con su logotipo identificativo. También ese día todas las casas del municipio abren de par en par sus puertas para ofrecer ponche, tocino y habas a los visitante. "Con lo que nos quedamos de todo, es con la cantidad de gente que aquí viene. No parece mi pueblo", apuntaba una vecina.

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