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EL PERFIL

Un clásico que detesta el gazpacho

Tereixa Constenla

Hay dos cosas netamente andaluzas y vocacionalmente turísticas que le horrorizan a José Antonio Hurtado Sánchez, el nuevo consejero de Turismo y Deportes: las aceitunas y el gazpacho. A la sopa fría la descarta con cierta contención sobria, pero a las olivas no puede ni verlas. Confesado lo cual, concluye que representa a un andaluz atípico. José Hurtado, casado, tres hijos, puede sentirse atípico como andaluz, pero no como militante andalucista.Es de los clásicos, de aquéllos que se engancharon en 1975, tras la muerte de Franco, a la Alianza Socialista de Andalucía, embrión que a la vuelta de los años y de las crisis derivaría en la actual organización del Partido Andalucista. Ingresó con 22 años escasos y, desde entonces, toda su trayectoria vital ha discurrido por los cauces del nacionalismo andaluz, sin salidas de madre, más bien buscando las sombras y rehuyendo el excesivo protagonismo.

Algo que por fuerza habrá de cambiar en cuanto estrene su cartera como nuevo miembro del Consejo de Gobierno andaluz, aunque Hurtado está en las antípodas del estilo dicharachero y fresco impuesto por José Núñez, su predecesor, para pregonar las bondades del territorio andaluz hasta en sus prendas de vestir.

Nacido el 21 de enero de 1953 en Utrera (Sevilla), el pueblo de origen de los hermanos que más han contribuido al sainete español, los Álvarez Quintero, el político andalucista es poco dado al vodevil verbal. Lo suyo, más que la gracia fácil, es el comedimiento sin concesiones, una característica tal vez gestada por la predilección de José Hurtado a reflexionar sobre lo divino, aunque en su trayectoria política se haya encargado de asuntos tan prosaicos y terrenales como la gestión sobre el servicio de aguas, las basuras o la vivienda en Sevilla.

Sus 12 años en la corporación municipal hispalense le han permitido hacer un barrido general por toda la casa. Desde 1987 ha sido portavoz andalucista, delegado de Cultura y presidente de cinco empresas municipales (limpieza, agua, transporte urbano, Mercasevilla y vivienda). La decisión del PA de sentarle al frente de Emvisesa después de las últimas elecciones locales, a pesar de que Hurtado no figuró en la lista andalucista, obligó a modificar los estatutos de la sociedad de la vivienda para permitir que, por primera vez, la presidencia fuese asumida por alguien que no pertenecía a la corporación. Una operación que desató grandes críticas entre los grupos de la oposición (PP e IU).

De Hurtado llama la atención sobremanera su vasta formación académica y su escasa experiencia profesional, fagocitada por su precoz actividad política, de la que nunca se ha alejado. El nuevo consejero es licenciado en Estudios Escolásticos, Teología y Geografía e Historia. Tiene dos doctorados: en Teología y Antropología. Entre tantas humanidades destacan dos títulos pragmáticos, como si fueran fruto de un requiebro vital para poner algo práctico entre tanto conocimiento teórico: es diplomado en alta dirección de empresas por el Instituto Internacional San Telmo y master en dirección de empresas por la Universidad Comercial de Deusto.

Su historial político no es menos vasto, como si Hurtado fuese un poco chico para todo, lo mismo se sienta en el consejo de administración de la RTVA que antes, en la etapa preautonómica, se ocupó de la dirección general de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Igual se convierte en candidato al Congreso que, ahora, se dedicará a gestionar la política turística y deportiva del Gobierno andaluz. Tanto traqueteo ha convertido a Hurtado en un comodín andalucista, al que le ha llegado un premio inesperado y de fuste con su designación como consejero, anunciada por la dirección del PA antes que por el propio presidente Manuel Chaves.

Hurtado, que es atípico en su relación con el gazpacho y las aceitunas, respeta la ortodoxia en otras cuestiones. Sus publicaciones sobre la Semana Santa (la última: Cofradías, poder político y poder eclesiástico) o la cultura andaluza le convierten en un andalucista clásico, capaz de afirmar que en el Congreso, de haber salido elegido en las últimas elecciones, hablaría "en andaluz con quien sea y a todas horas".

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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