Microsoft, en capilla
El Gobierno de Estados Unidos y los de 17 Estados de la Unión personados en el procedimiento contra Microsoft han solicitado del juez que obligue a la compañía a dividirse en dos: una dedicada a los sistemas operativos, y otra, a los programas y demás productos. El juez ya dictaminó el pasado 3 de abril la existencia de prácticas punibles y ahora, a la vista de estas propuestas, debe establecer la sanción.La división en varias empresas, similar a lo que ya ocurrió con AT&T en el sector de la telefonía, tendría graves consecuencias, tanto internas como sobre la economía estadounidense en su conjunto. Las primeras ya se han hecho sentir tan sólo con el anuncio de la petición de sanciones: la cotización en Bolsa ha caído en un tercio desde principios de abril.
En el caso de que el juez adopte la máxima sanción, queda todavía una fase de apelaciones que pospondrá su aplicación durante algún tiempo, lo que ha llevado a la acusación a proponer medidas menos fuertes pero inmediatas, orientadas a impedir los abusos que permiten una posición de dominio como la que tiene Microsoft. Algunas de estas medidas obligarían a la empresa a fijar precios uniformes para sus productos, independientemente de la mayor o menor voluntad de fabricantes y distribuidores para excluir productos de la competencia; hacer público el código necesario para aplicaciones que se apoyen sobre el sistema operativo Windows, y no subir los precios de las versiones más antiguas de sus productos con el fin de presionar para la compra de los nuevos.
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