Detenidos tras 15 horas de búsqueda dos de los ocupantes del Porsche que arrolló a una mujer
La Guardia Civil detuvo ayer tarde en Morata de Tajuña a dos de los tres ocupantes del Porsche Carrera que huyó en la madrugada del viernes tras el atropello mortal que costó la vida a Cristina Aldama Orozco, de 35 años. La chica, que murió el día de su cumpleaños, cruzaba por la calle de Serrano y fue atropellada por el deportivo. Falleció una hora después en el hospital. La Brigada de Homicidios de la Policía Judicial emprendió una laboriosa investigación con la colaboración de la casa Porsche, que dio resultado 15 horas después. El coche fue localizado en un taller de Morata de Tajuña.
Uno de los dos detenidos es, según la Guardia Civil, el conductor del coche. Los arrestados son Antonio O. V. y Gonzalo M. H. Ambos tienen antecedentes policiales por su presunta implicacion en la venta de vehículos robados. Anoche estaba identificado el tercer ocupante del vehículo. Se trata de A. C., que carece de antecedentes.En la rápida resolución del caso fue clave la ayuda de la compañía Porsche, ya que los testigos confirmaron que el coche que escapó era un deportivo de la mencionada firma de color azul marino. La empresa facilitó ayer mismo a los investigadores los datos de todos los propietarios de Porsche Carrera 911, según la Jefatura Superior de Policía.
El Grupo de Homicidos, la Policía Municipal de Madrid y la Comandancia de Guardia Civil siguieron la pista de 30 coches del mismo color y marca. También se siguieron otras pesquisas al creer los agentes que podría tratarse de un coche robado por mafias dedicadas a la venta de vehículos de lujo sustraídos.
Luna rota
Ayer por la tarde, se sospechó de un hombre con antecedentes por robo de vehículos y propietario de un coche matriculado en Arganda del Rey. Al mismo tiempo, un policía local de Morata de Tajuña se extrañó al ver en un taller del municipio un Porsche azul marino con un golpe y con la luna delantera rota.
Los agentes de la Comandancia de la Guardia Civil se desplazaron a las cuatro y media de la tarde a Morata, mientras los policías complementaban la investigación que permitió descubrir restos de sangre y tejidos de la mujer fallecida en el parachoques delantero del vehículo.
Una hora después eran detenidos Antonio O. V., de 35 años, y Gonzalo M. H., de 32, bajo la acusación de ser los autores de un supuesto delito de homicidio, según la Guardia Civil.
El atropello mortal de Cristiana Aldama ocurrió a las dos y media de la madrugada. La chica cruzaba la calzada en la confluencia de la calle del General Oraa y Serrano. Según sus amigos, se dirigía a tomar un taxi para ir a su casa. La mujer sufrió a causa del atropello un traumatismo craneoencefálico y traumatismo ortopédico. Fue reanimada en el lugar del accidente por un equipo médico del Samur 092, que la trasladó al hospital Clínico. Falleció una hora después en el centro médico.
Varios testigos del atropello mortal aportaron algunos datos sobre la marca del coche, un Porsche 911 Carrera, y su color. Nadie, sin embargo, pudo retener toda la matrícula, aunque todos coincidían en que iban tres personas en el coche deportivo. Sólo un testigo apuntó, "sin mucha seguridad", según comentó, los dos primeros números, según la Policía Municipal.
Pista descartada
En un primer momento se llegó a sospechar que los autores del atropello jugasen a las carreras por la zona, ya que circulaban en paralelo con otro coche que iba también a gran velocidad. Esta pista fue descartada ayer por la mañana por la concejal de Policía Municipal y Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, María Tardón. "Sólo podemos confirmar que iba a una gran velocidad y con tres personas dentro, pero no competían a nada", adelantó la edil, que coordinó ayer tarde la operación de su localización junto con el jefe superior de Policía, Julio Corrochano, y el coronel Juan Ramos, de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.
Los amigos de Cristina Aldama, vecina de la colonia Mirasierra, en el barrio madrileño de Fuencarral, explicaron anoche que su madre falleció hace dos años en otro accidente de tráfico ocurrido cuando su padre conducía el coche. El padre de la víctima es propietario de una empresa constructora.
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