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EL NUEVO GOBIERNO

Álvarez Cascos sostiene que "es la primera vez que un vicepresidente no sale por la puerta falsa"

Luis R. Aizpeolea

El nuevo ministro de Fomento y ex vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, aseguró ayer, en la toma de posesión de su sucesor, Mariano Rajoy, que "es la primera vez que un vicepresidente no sale del Gobierno por la puerta falsa por razones de falta de sintonía o falta de confianza". José María Aznar presenció el traspaso de poderes, que se celebró en La Moncloa. El nuevo ministro portavoz, Pío Cabanillas, recibió en el mismo acto el relevo de Josep Piqué y la casualidad quiso que fuera debajo de un retrato de su padre, Pío Cabanillas Gallas, que también fue portavoz.

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Francisco Álvarez Cascos compareció con un cuarto de hora de retraso en la Sala de la Constitución del Ministerio de la Presidencia, en el complejo de La Moncloa, porque venía del de Fomento, en el que acababa de tomar posesión de su nuevo cargo. Le esperaban su sucesor, Mariano Rajoy; el nuevo ministro de Asuntos Exteriores y ex portavoz del Gobierno, Josep Piqué, y su sustituto, Pío Cabanillas, así como todos los altos cargos de La Moncloa.También el presidente, José María Aznar, que tuvo especial interés en presenciar el relevo de su número dos para ofrecer una imagen armónica de un cambio políticamente complejo, se había unido al grupo, aunque no tomó la palabra.

En su breve parlamento de despedida, Álvarez Cascos volvió por pasiva su descenso en la jerarquía gubernamental: desde la Vicepresidencia primera, la política, hasta Fomento. Así, aludió claramente a las dimisiones de sus predecesores socialistas Alfonso Guerra, en enero de 1991, y Narcís Serra, en junio de 1995, ambas traumáticas, para contrastarlas con su continuidad en el Ejecutivo, aunque su nuevo destino tenga menos rango, y con el mantenimiento de la confianza que le otorgase el presidente del Ejecutivo.

Frase confusa

"Ésta es la primera vez que un vicepresidente del Gobierno democrático de España no sale de la vicepresidencia por la puerta falsa por razones de falta de sintonía o falta de confianza", proclamó Álvarez Cascos. Su frase, sin embargo, resultó enormemente confusa para los asistentes porque hubo varios vicepresidentes en la democracia que no salieron "por la puerta falsa", como el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, Fernando Abril Martorell y Enrique Fuentes Quintana, todos ellos en la época de Adolfo Suárez y la UCD.

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En su afán de resaltar su papel como ministro de Fomento, Álvarez Cascos dijo que "se perfila una nueva etapa con responsabilidades no menos apasionantes". Y, ya en tono muy solemne, aseguró que si la lealtad es obligada y la disponibilidad, que anunció total, estaba garantizada, la "doble confianza" que el presidente le demuestra con su nombramiento le obliga "a mucho" en los próximos cuatro años.

Al referirse a su sucesor, Mariano Rajoy, Álvarez Cascos quiso dejar muy claro que había trabajado a sus órdenes tanto en la dirección del PP como en el Gobierno. También dijo que espera que Rajoy mejore "el ya altísimo nivel de eficencia" del Ministerio de la Presidencia.

Rajoy, que siguió a Alvarez Cascos en el turno de la palabra, cogió el guante y respondió a su antecesor, del que destacó su "profunda amistad" tras muchos años de trabajo conjunto, que "no va a salir nunca por la puerta falsa" porque esto sólo lo hacen aquéllos que "no tienen principios, que no tienen criterios", y no quienes "no tienen otro objetivo que defender los intereses generales".

El nuevo vicepresidente primero del Gobierno también dijo a Álvarez Cascos que es "un reto difícil" sustituirle, pero, en un lenguaje característico suyo, matizó que "lo imposible, a veces, también es posible".

Rajoy utilizó también un doble lema, quizá con más sentido tras la intervención de Álvarez Cascos, para definir su comportamiento: "Suelen decir que la fortaleza es de los audaces, pero también que hombre precavido vale por dos. La verdad, como siempre, está en el justo medio". Aznar, que estaba a su lado, sonrió y miró hacia abajo.

Ya fuera del juego de palabras, Rajoy adelantó que su principal tarea como vicepresidente primero será poner en marcha el programa del Gobierno que los españoles refrendaron en las urnas el pasado 12 de marzo. Eso fue todo lo que dijo sobre sus planes políticos.

La despedida de Josep Piqué como portavoz del Gobierno tuvo como nota destacada el homenaje al único alto cargo de La Moncloa que abandona su responsabilidad, su número dos, el secretario de Estado de Comunicación, Pedro Antonio Martín Marín. "Es uno de los grandes profesionales que he conocido. Es un gran amigo y lo va a ser para siempre", dijo. Martín Marín se despidió allí mismo. Por la tarde ya no acudió a la habitual conferencia de prensa que se celebra tras cada Consejo de Ministros para informar públicamente de lo acordado en el mismo.

Cerró el acto el nuevo ministro portavoz y ex director de Radiotelevisión Española, Pío Cabanillas, quien recordó a su padre, cuyo retrato estaba justamente a su espalda. Pío Cabanillas Gallas fue ministro sin cartera adjunto a la Presidencia en 1981, con un Ejecutivo de la UCD, y por ello su cuadro pende de la pared de la Sala de Constitución del Ministerio de la Presidencia.

Cabanillas fue objeto de una broma por parte de Piqué, que le pidió que no se corte el pelo como hizo él cuando fue designado para su puesto, y del propio Aznar, que le llamó "el niño" por ser el más joven, 41 años, de su Gabinete, en contraposición al "abuelo", Jesús Posada, que tiene 55.

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