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Gerardo Chijona rinde en su segundo filme un homenaje al cabaré Tropicana

La sala de fiestas más famosa de La Habana, Tropicana, abrió sus puertas en 1939 bajo otro nombre, aunque un año después sería rebautizada con el título de una canción. Como Tropicana su fama cruzaría fronteras y se convertiría en un lugar imprescindible para todo visitante de Cuba. El director de cien Gerardo Chijona ha querido rendir un homenaje a este lugar de lentejuelas y colorido mostrando la otra cara, la de detrás del escenario, la de los seres humanos, en Un paraíso bajo las estrellas.

Gerardo Chijona y tres actores de su película (Daisy Granados, Santiago Alfonso y Luis Alberto García) llegaron de Cuba a España el pasado lunes para promocionar su película. Han pasado por Madrid, Barcelona y Murcia, donde Un paraíso bajo las estrellas inauguró la Cuarta Primavera Cinematográfica de Lorca. Ayer por la mañana estuvieron en Bilbao y por la noche asistieron al preestreno en Madrid."Un paraíso bajo las estrellas es un tributo al cabaré Tropicana y a la mejor música cubana", reconoce Chijano, un director curtido en documentales. "En 1986, hice un documental en Tropicana que se llamó Cuando termina el baile, un poco para demostrar que las muchachas que bailan en ese cabaré son como las demás chicas, con las mismas necesidades y conflictos que el resto de los mortales. Me metí en ese mundo, sobre todo el que estaba detrás de la pista, y me fascinó". De ahí salió la idea de esta película, que su director y guionista define como "una comedia de enredo envuelta en un musical, que parte del concepto de que la vida es un show". "Lo que pasa en esta historia, nadie puede pensar, ni en el mayor de los delirios, que sea real", concreta Chijano.

Sissy (Thais Valdés) quiere ser artista de Tropicana. Su padre, Cándido, un camionero (Enrique Molina), se lo ha prohibido terminantemente. Aún le guarda rencor a Armando, el coreógrafo del club y antiguo rival (Santiago Alfonso). Cuando Sissy se enamora de Sergito (Vladimir Cruz), los acontecimientos se precipitan. Éste es un somero resumen de un enredo imposible de contar con palabras. Sobre todo por el componente "mágico", como dice su director.

Chijano también ha querido ironizar sobre las telenovelas. "Sufro mucho con ellas porque en mi casa las ve todo el mundo. Me las meten por los ojos. Y cuando me encierro en mi cuarto, el vecino de al lado también las tiene puestas, así que las escucho. Lo que hice fue reunir todos los tópicos del melodrama y la telenovela y dinamitarlos desde dentro y que el público se ría con lo que habitualmente llora", explica.

Para ese cineasta, el mayor problema que tienen los artistas en Cuba "no es la censura ideológica, sino la económica". "No hay medios para hacer películas. Ése es el motivo por el que esta película ha tardado tanto en ver la luz. Gracias a las coproducciones, este problema se va solventando un poco", asegura Chijano.

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