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Moscú confirma la muerte de otros 15 soldados a manos de los chechenos

Los militares rusos han vuelto a caer en Chechenia en una emboscada de los guerrilleros chechenos, a pesar de las estrictas medidas de seguridad tomadas después de la muerte de 40 hombres de la policía especial a fines de marzo. El nuevo incidente se produjo el domingo y causó la muerte de, como mínimo, 15 paracaidistas y heridas a otros seis, según reconoció ayer el Ministerio de Defensa. Sin embargo, los rebeldes afirman haber dejado fuera de combate a 80 soldados rusos. Medio centenar de guerrilleros, al mando de los árabes Abú Walid y Abú Jafar, cayeron por sorpresa sobre una columna de vehículos en el que iban soldados del 51 Regimiento de Paracaidistas. Los rebeldes, según reconoció el mimistro de Defensa, Ígor Serguéyev, destruyeron seis vehículos, entre carros de combate y camiones cisterna. Estos árabes son, según los rusos, mercenarios que forman parte de la agrupación de Jattab, un saudí o jordano que integra la cúpula militar de los independentistas y que es el principal aliado del comandante checheno Shamil Basáyev.Exageración

Movladí Udúgov, ex viceprimer ministro de Chechenia y actual portavoz de la guerrilla, aseguró que los independentistas mataron a 80 soldados y destruyeron más de diez carros de combate. Generalmente los rebeldes exageran las bajas rusas, mientras que el Kremlin reconoce las menos posibles. Ayer por la mañana habían reconocido sólo cinco; más tarde la cifra aumentó a 15, y no es de extrañar que continúe subiendo. La emboscada se produjo cerca del poblado de Serzhén-yurt, en el desfiladero de Vedenó, según un informó el asesor presidencial, Serguéi Yastrzhembski.

El combate duró más de dos horas, y en ayuda de los paracaidistas fueron enviados helicópteros. La artillería ayudó a dispersar a los guerrilleros. Como resultado, al menos ocho independentistas perecieron y veinte fueron hechos prisioneros. El nuevo incidente demuestra que los independentistas están decididos a continuar hostigando a los militares del Kremlin con una guerra de guerrillas que ya ha llevado el luto a muchísimas familias rusas. El primer gran revés de los rusos después de haber expulsado a los rebeldes de prácticamente todas las localidades chechenas ocurrió el 1 de marzo, cuando 84 paracaidistas de Pskovperecieron en las montañas del sur de Chechenia, cerca de la aldea de Ulús Kert. Al día siguiente, una cuarentena de omon, polícías de las fuerzas de élite del Ministerio del Interior, murieron cuando una columna de camiones cayó en una emboscada nada menos que en Grozni, ciudad que hacía ya casi un mes que se encontraba en manos rusas.

Los policías provenían de la provincia de Moscú. A fines del mismo mes, más de treinta omon de Perm perecieron al caer en una trampa cerca de la aldea de Zhaní-Vedenó. Después de este incidente, los militares decidieron tomar severísimas medidas de seguridad.

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