"Creí que al salir más tarde no iba a sufrir ninguna retención"

El viaje de regreso de las vacaciones de Semana Santa de José Huertes, de 45 años, vecino de Madrid, se convirtió ayer en un calvario. Pensó que como la mayoría de los automovilistas saldría hacia la capital después de almorzar, a él no le tocarían los atascos que anunciaba la televisión desde el mediodía. Su experiencia fue, sin embargo, todo lo contrario. - 19.00 Inicio del viaje. José Huertes metió el equipaje en su coche y salió de San Javier (Murcia). Los primeros trayectos del viaje carecen de problemas. Optó por la carretera que une Murcia con Albacete para evitarse los posibles problemas de la opción que pasa por Alicante.

- 22.00 Parón en Honrubia. Después de tres horas de camino, se inician las complicaciones. El tráfico que hasta ahora era fluido y con una velocidad constante se convierte en un abrir y cerrar deojos en el primer atasco. Faltan unos 150 kilómetros para llegar a Madrid y el arrancar y parar se suceden. "Lo misterioso es que empiezas a correr y alcanzas una velocidad de 50 o 60 kilómetros por hora. Después, de repente, te quedas parado otros cinco o seis minutos para volver a andar a 20 kilómetros durante otro buen rato", comenta Huertes.

- 22.45 Atasco en Montalbo. Han pasado 30 minutos desde la última parada. Tras avanzar a buen ritmo, surgen de nuevo las retenciones. Huertes llega al término municipal de Montalbo, cuando quedan unos 40 kilómetros para alcanzar Tarancón. "Vemos pasar a bastantes parejas de la Guardia Civil de Tráfico en sentido contrario, pero nosotros no nos movemos, ni creemos que hagan algo para que los coches avancen más rápido", explica el conductor madrileño.

- 23.30 Retenciones en Belinchón. Los parones se repiten. Cuando los vehículos empiezan a coger velocidad, se produce un frenazo. Primero se ven las luces rojas de los que van más avanzados y después llega el turno de pisar el pedal. "Encima tenemos que dar gracias por que nos ha hecho buen tiempo, porque si encima llega a llover, las consecuencias ya habrían sido totalmente nefastas. Desde que salimos de San Javier el agua nos ha respetado", comenta Huertes.

- 0.15 Villarejo a 90 por hora. Los problemas parecen haber pasado. El vehículo de Huertes atraviesa a unos 90 kilómetros por hora por la zona de Villarejo de Salvanés. Quedan unos 40 kilómetros para llegar al destino. "Hay mucho tráfico, pero eso no impide que vayamos a buen ritmo, después de todas las paradas que hemos tenido que sufrir", explica este conductor.

- 1.00 Final de trayecto. Después de seis horas de acelerones y frenazos, Huertes, su esposa, sus tres hijas y su perra Canela llegan -¡por fin!- a su domicilio, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Ahora sólo queda pensar en el madrugón de hoy para ir a trabajar.