Monteseirín pide "humildad" al Gobierno aunque no aclara nada sobre la 'madrugá'
El alcalde Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, le añadió un poco de gasolina ayer a la polémica entre Policía Local y del Estado por los incidentes de la madrugá de la Semana Santa de Sevilla y le pidió al Gobierno "prudencia y humildad". El primer edil no sólo no se cree la versión del hombre con el cuchillo como único motivo del pánico colectivo de la madrugada del Viernes Santo, sino que recupera en su ataque al Cuerpo Nacional de Policía, los incidentes de la inauguración de los Campeonatos Mundiales de Atletismo.Lo que está claro hasta el momento es el hecho de que poco después de las cinco de la madrugada comenzaron las carreras de miles de personas fruto del terror. También está claro que a las 5.50 horas un hombre fue detenido por la Policía Local con un cuchillo de 20 centímetros de hoja en el cruce de las calles Reyes Católicos y Pastor y Landero. A partir de ahí, sólo hay reyerta entre administraciones y ninguna solución para el ciudadano por unos sucesos inéditos y que se saldaron con tres heridos de consideración y centenares de ataques de nervios.
Monteseirín admitió una vez más que no tiene pruebas de peso para sostener la teoría del compló como fuente de los incidentes, pero que la lógica y los testimonios de algunos ciudadanos así lo avalan. Uno de los testimonios con más peso procede de una persona con una minusvalía visual, que, acompañado de su novia, escuchó una conversación en la Biblioteca de la Universidad en la que presuntamente algunos estudiantes de Matemáticas preparaban un juego de rol para ejecutarlo en plena Semana Santa. Si hubiera lugar a la identificación, la citada persona invidente debería efectuarlo por la voz.
Pero, por supuesto, desde el Cuerpo Nacional de Policía se ven las cosas de una manera distinta (como sucedió en los Mundiales, cuando no dimitió nadie, ni en la policía ni en la organización). De manera extraoficial, se muestra extrañeza por el, a su juicio, giro de la Policía Local que después de detener al hombre del cuchillo y asegurar que era la fuente del terror colectivo cambió la versión para asegurar que era un delincuente común. La Delegación del Gobierno insiste en que éste hombre es el único responsable del pánico del cerca de medio millón de asistentes a las procesiones y que el efecto dominó provocó el resto por las angostas calles que repletas de gente se comportarían casi como un líquido que desborda su recipiente en todas direcciones.
Por su parte, el Ayuntamiento asegura que se trata de una trama organizada que desde cerca de una decena de puntos reventó la celebración a base de gritos de alarma o petardos. Contra esta teoría del Consistorio, desde la policía estatal se esgrime que no es que hubiera ocho puntos de estallido de los incidentes, sino que lo que había eran otros tantos policías locales en esos lugares dando cuenta de manera casi simultánea de la misma marea humana.
Puestos a recordar cosas del pasado como el alcalde de Sevilla, en la Delegación del Gobierno también se rescata que el concejal de Seguridad Ciudadana, José Gallardo, a la media hora de los incidentes aseguró ante varios medios de comunicación que la rotura de una conducción de agua o gas podía estar detrás de los incidentes.
Por el momento, el Ayuntamiento apela a la lógica -"Pido una explicación que nos deje más tranquilos", dijo Monteseirín ayer- y la Delegación del Gobierno a lo que tiene (el hombre del cuchillo), pero ni uno ni otro han avanzado un palmo en el esclarecimiento del suceso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.