160 kilómetros en diez horas
La presencia de los visitantes reales ha servido como reclamo, pero los raids Endurance son un espectáculo en sí mismos. El objetivo de la competición es realizar un recorrido campo a través a lo largo de diez horas y 160 kilómetros, con varias paradas obligatorias en las que el jurado supervisa la salud de los caballos. Si se comprueba que sobrepasa las 64 pulsaciones por minuto durante el control técnico, el competidor queda eliminado, con lo que se prima más la resistencia que la punta de velocidad. A pesar de que grupos ecologistas han mostrado su rechazo a este tipo de pruebas, al entender que el esfuerzo físico al que se somete a los animales es excesivo, los cuidados que rodean a los caballos son absolutos. Cada animal cuenta con un equipo mínimo de cinco personas que en los avituallamientos le refresca y le suministra los componentes proteínicos necesarios.Antes de iniciarse la prueba varios caballos fueron eliminados por no cumplir los requisitos físicos exigidos y durante el desarrollo de la competición se pudo comprobar que el equilibrio y el ritmo en el trote primaba sobre la velocidad.
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